JUEVES 2
Morado Jueves I de Cuaresma MR, p. 197 (216) / Lecc. I, p. 714
Otros santos: Inés de Bohemia o de Praga, princesa y abadesa de la Orden de Santa Clara. Ángela de la Cruz, virgen fundadora. Beato Engelmar Unzeitig "el Ángel de Dachau", sacerdote de la Congregación de los Misioneros de Mariannhill y mártir.
"¡PROTÉGEME, PORQUE ESTOY SOLA Y NO TENGO MÁS DEFENSOR QUE TÚ!"
Est 4, 17n. p-r. aa-bb. gg-hh; Sal 137; Mt 7,7-12
Ayer las lecturas bíblicas mencionaron una de las prácticas más tradicionales y significativas de la cuaresma: el ayuno. Hoy tratan sobre una segunda práctica, igualmente importante: la oración. En la plegaria de Ester, de nuestra primera lectura, tenemos uno de los ejemplos más largos y bellos de cómo los fieles deben rezar al enfrentarse con una situación que pone en cuestión su fe. Se fundamenta en la historia de la salvación, se expresa con sinceridad, y se reza con una confianza total en Dios. En ella también tenemos la prefiguración de la plegaria de Jesús en Getsemaní (Lc 22, 39-44: Mt 26, 36-46; y Mc 14, 32-42), ya que Ester, como Jesús, enfrenta la muerte, está sola, no tiene a nadie más que al Señor y experimenta la angustia. Nuestras oraciones ciertamente tendrán otras palabras y se ofrecerán en otras circunstancias, pero deben tener las mismas características que se muestran en la lectura.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 5, 2-3
Señor, escucha mis palabras, atiende mi lamento, haz caso de mi voz suplicante, Rey mío y Dios mío.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, una constante disposición a pensar con rectitud y a practicar el bien con mayor diligencia; y puesto que no podemos existir sin ti, haz que vivamos como fieles discípulos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No tengo otro defensor más que tú, Señor.
Del libro de Ester: 4, 17n. p-r. aa-bb. gg-hh
En aquellos días, la reina Ester, ante el mortal peligro que amenazaba a su pueblo, buscó refugio en el Señor y se postró en tierra con sus esclavas, desde la mañana hasta el atardecer. Entonces suplicó al Señor, diciendo: "Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, ¡bendito seas! Protégeme, porque estoy sola y no tengo más defensor que tú, Señor, y voy a jugarme la vida.
Señor, yo sé, por los libros que nos dejaron nuestros padres, que tú siempre salvas a los que te son fieles. Ayúdame ahora a mí, porque no tengo a nadie más que a ti, Señor y Dios mío.
Ayúdame, Señor, pues estoy desamparada. Pon en mis labios palabras acertadas cuando esté en presencia del león y haz que yo le agrade, para que su corazón se vuelva en contra de nuestro enemigo, para ruina de éste y de sus cómplices.
Con tu poder, Señor, líbranos de nuestros enemigos. Convierte nuestro llanto en alegría y haz que nuestros sufrimientos nos obtengan la vida". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 137, l-2a. 2bc-3. 7c. 8.
R/. De todo corazón te damos gracias, Señor.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.
Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 50, 12. 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R/.
EVANGELIO
Todo el que pide recibe
Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 7-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre.
¿Hay acaso entre ustedes alguno que le dé una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con cuánta mayor razón el Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Muéstrate propicio, Señor, a los deseos de quienes te invocan y, al tiempo en que recibes las ofrendas y súplicas de tu pueblo, convierte hacia ti nuestros corazones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio IV de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 7, 8
Todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que este santo sacramento que nos has concedido recibir para afianzar nuestra conversión, nos sirva de remedio, ahora y siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional.
Descienda tu anhelada misericordia, Señor, sobre quienes te invocan, y concédeles con generosidad divina la gracia de saber lo que deben pedir para obtener lo que imploran. Por Jesucristo, nuestro Señor.