DOMINGO 28
Morado Domingo I de Adviento Inicia el Ciclo C Ciclo Ferial II MR, p. 121 (145) Inicia uso de Lecc. I, p. 237 LH, Tomo I, Semana I del Salterio.
Otros santos: Esteban "el Joven", monje, abad y mártir; Andrés Tran Van Trông, mártir vietnamita; Jácome de la Marca, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores.
LA FIDELIDAD DE DIOS
Jer 33,14-16; Sa1 24; 1 Tes 3,12-4,2; Lc 21, 25-28.34-36
El texto de Jeremías no intenta subrayar el castigo merecido por el pueblo de Israel a causa de su infidelidad. Al contrario, quiere comunicar el mensaje de los beneficios que el pueblo va a disfrutar. A las imágenes de la devastación, del dolor y de la desesperación que representa el mal infligido por Babilonia, se contraponen las idílicas imágenes de la restauración futura. Los versos 14-16 sintetizan la promesa de restauración de la descendencia davídica que se confunde con las promesas mesiánicas. Una vez más, se subraya la fidelidad de Dios en el cumplimiento de la alianza y de la promesa de multiplicar, hasta el infinito, la descendencia israelita. Tal fidelidad sirve como la clave interpretativa para entender la historia de la salvación, que se repite durante las lecturas del tiempo de Adviento. Dios vendrá a nosotros, precisamente como ha prometido.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24, 1-3
A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti no quedan defraudados.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas obras, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo haré nacer del tronco de David un vástago santo.
Del libro del profeta Jeremías: 33,14-16
"Se acercan los días, dice el Señor, en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, yo haré nacer del tronco de David un vástago santo, que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra. Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén estará segura y la llamarán 'el Señor es nuestra justicia"'. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4bc-5ab. 8-9.10 y 14.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es leal y bondadoso. El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de su alianza. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que el Señor los fortalezca hasta que Jesús vuelva.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 3, 12-4, 2
Hermanos: Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.
Por lo demás, hermanos, les rogamos y los exhortamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R/.
EVANGELIO
Se acerca su liberación.
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrel1as. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas
Que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación.
Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su poder y venga a salvarnos. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)
Para que los fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban con alegría la salvación que se acerca, roguemos al Señor.
Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres, roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males, roguemos al Señor.
Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las preocupaciones de la vida nos impidan mantenernos en pie cuando llegue el Hijo del hombre, roguemos al Señor.
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que, a lo largo de los siglos, cumples siempre con fidelidad tus promesas, escucha las oraciones de tu pueblo y abre los corazones de tus fieles a la esperanza, para que, cuando Jesús, nuestro Salvador, venga con todos sus santos, podamos mantenernos en pie en su presencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para aumento de nuestra fe, se convierta para nosotros en prenda de tu redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o III de Adviento, MR, pp. 489 (485) o 491 (487).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 84, 13
El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que hemos participado, mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas pasajeras, nos inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a poner nuestro corazón en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, M R, p. 603 (598).
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Uno de los requisitos absolutamente necesarios para vivir en una sociedad es la confianza. No se puede sobrevivir en una nación o ciudad en donde las personas no confíen las unas en las otras, en donde todos tengan miedo de sus familiares, vecinos y gobernantes. Es igual con la Iglesia: el pueblo de Dios no podría sobrevivir si sus miembros no confían en Dios, que está en su centro. Por eso, un tema principal de la revelación que Dios nos otorga respecto a
sí mismo es su fidelidad. La fidelidad divina debe ponerse junto a los temas más tradicionales del tiempo de Adviento, como la esperanza, la espera y la paciencia. Tales temas tienen que ver con nuestras acciones (son virtudes que nosotros ejercemos), pero la fidelidad es su fundamento, la que las hace posibles.