DOMINGO 8
Solemnidad, la Epifanía del Señor
Blanco MR, p. 169 (189) / Lecc, 1, p. 456 LH, de la Solemnidad
Otros santos: Eulogio de Córdoba, doctor de la Iglesia española, presbítero y mártir. Beatos: Francisco Yi Bo-hyeon y Martín In Eon-min, laicos mártires; María Teresa de Jesús (Alexia) Clercq, cofundadora, Tito Zeman.
LA ESTRELLA DE BELÉN Is60, 1-6; Sa/72; Ef3, 2-3.5-6; Mt2, 1-12
A lo largo de los años, se ha especulado mucho sobre la estrella de Belén. Algunos dicen que fue una supernova, otros optan por un meteoro y otros arguyen que se formó por una conjunción de planetas. Puede ser que se trató no de un acontecimiento astronómico sino de una alusión a la estrella mesiánica de David profetizada en Núm 24, 17. Más allá de tales especulaciones, la estrella es importante, pues significa que la salvación ofrecida en Jesucristo no es meramente la propiedad de un grupo secreto de élites, sino un don público. La salvación es tan pública como una estrella brillante en los cielos. Como dice Pablo en nuestra segunda lectura, el plan salvífico de Dios no es más un misterio secreto. Isaías, por su parte, afirma en nuestra primera lectura "que amanece una luz para todas las naciones".
ANTÍFONA DE ENTRADA
Cfr. Mal 3, 1; 1 Crón 19, 12
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino y la potestad y el imperio.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La gloria del Señor alborea sobre ti.
Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 71, 2.7-8.10-11.12-13.
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
Los reyes de Occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
SEGUNDA LECTURA
También los paganos participan de la misma herencia que nosotros.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 2, 2
R/. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/.
EVANGELIO
Hemos venido de Oriente para adorar al rey de los judíos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorado".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel". Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorado". Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiados, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria: Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones, roguemos al Señor.
Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas, roguemos al Señor.
Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero, roguemos al Señor.
Por nosotros que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable d Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas de Evangelio, roguemos al Señor.
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. .
Prefacio de la Epifanía, MR, p. 496 (492}
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 2, 2
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacemos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- De muchas maneras, la Iglesia ha enfatizado que la salvación divina es un regalo público para todos. No es accesible únicamente a los que conocen los secretos, sino que se ofrece como un don de inmenso valor para todo el mundo. Este énfasis ha conducido a doctrinas como la sucesión apostólica, que afirma que la línea de o bispos y toda la Iglesia forman una cadena públicamente visible que se inicia con los Apóstoles; y al canon de la Escritura, el cual abarca esos escritos que han sido usados públicamente por las comunidades eclesiales para nutrir su fe y rechaza esos escritos llamados apócrifos, que frecuentemente proponen conocimientos secretos. Para cada uno de nosotros, este carácter público de nuestra fe nos consuela con un mensaje de Amor Divino incondicional y nos anima a dar testimonio público del Evangelio.
SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.
"¿Por qué este acontecimiento es tan importante? Porque con él comenzó a realizarse la adhesión de los pueblos paganos a la fe en Cristo, según la promesa hecha por Dios a Abraham que nos refiere el libro del Génesis: "Por ti serán bendecidos todos los linajes de la tierra" (Gn 12,3). Por tanto, si María, José y los pastores de Belén representan al pueblo de Israel que acogió al Señor, los Magos son, en cambio, las primicias de los gentiles, llamados también ellos a formar parte de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, que ya no se basa en la homogeneidad étnica, lingüística o cultural, sino sólo en la fe común en Jesús, Hijo de Dios. Por eso, la Epifanía de Cristo es al mismo tiempo epifanía de la Iglesia, es decir, manifestación de su vocación y misión universal". S. S. Benedicto I XVI (2007).