VIERNES 2
Morado De Feria, viernes de la semana I de Adviento MR, p. 126 (150) / Lecc. I, p. 367
Otros santos: Bibiana de Roma, virgen y mártir. Beatos: Rafael Chylinski, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales; Bernardin Palaj, sacerdote franciscano y mártir; Iván Slezyuk, presbítero, obispo y mártir.
DENTRO DE MUY POCO TIEMPO...
Is 29, 17-24; Sal 26; Mt 9, 27-31
En su oráculo de restauración, en la primera lectura, el profeta Isaías muestra el alcance inmenso de la salvación que Dios quiere obrar entre nosotros. Primero, la naturaleza será transformada de un desierto en un "jardín" que parece "bosque" (v. 17). Luego, las discapacidades más molestas del ser humano la sordera y la ceguera desaparecerán en un momento y serán reemplazadas por capacidades agudas. Después, serán borradas las injusticias que los poderosos imponen en los pobres, como la violencia, las falsas condenas y las trampas legales y financieras. Finalmente, la relación humana con Dios será restaurada, al ser abandonada la necedad y abrazadas la inteligencia y la enseñanza, que son la Palabra de Dios. Este Adviento debemos pedir a Dios no una transformación de pequeñas partes de nuestras vidas, sino de toda nuestra existencia.
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.
ORACIÓN COLECTA
Extiende, Señor Jesucristo, tu poder y ven, para que merezcamos que con tu protección nos libres y nos salves de los peligros que nos amenazan a causa de nuestros pecados. Tú que vives y reinas...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
En aquel día los ojos de los ciegos se abrirán.
Del libro del profeta Isaías: 29,17-24
Esto dice el Señor: "¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en un vergel y el vergel en un bosque? Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo".
Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abraham: "Ya no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26, l. 4.13-14.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus hijos. R/.
EVANGELIO
Quedaron curados dos ciegos que creyeron en Jesús.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 27-31
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!". Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?". Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos méritos en qué apoyarnos, nos socorra el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o III de Adviento, MR, pp. 484-486 (485-487).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Flp 3, 20-21
Esperamos como salvador a Jesucristo, el Señor; él transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.