NOVIEMBRE 2022
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DOMINGO 6

Verde Domingo XXXII del Tiempo Ordinario MR, p. 446 (442) / Lecc. II, p. 294 Semana IV del Salterio

Otros santos: Leonardo de Noblat, ermitaño. Beatos: Tomás de San Agustín Jihyoe, presbítero y mártir; Manuel de la Sagrada Familia, monje, reformador y mártir; Cristina Stommeln, Virgen beguina.

LA CRECIENTE FE EN LA RESURRECCIÓN
2 Mac 7,1-2.9-14; Sal 16; 2 Tes 2, 16-3,5; Lc 20, 27-38

La fe en la resurrección creció lentamente en la Biblia. Como es bien sabido, empezó como el concepto de una existencia vaga en "sheol", que según el Antiguo Testamento es un lugar oscuro ubicado debajo de la tierra a donde van los muertos. Luego avanzó a la creencia en la resurrección colectiva por medio de la existencia continuada del pueblo de Israel, como cuando la madre proclama en nuestra primera lectura que "Dios los [= Israel] resucitará" (v. 14). Finalmente, en el Nuevo Testamento se llega a la fe plena en la continuación, en una manera nueva, de todo el individuo, cuerpo y alma, después de la muerte. Jesús ofrece un argumento por esta fe en su exégesis del nombre del Dios de Abraham, Isaac, y Jacob revelado a Moisés (Éx 3, 6) mientras que Pablo la expresa existencialmente como "un consuelo eterno y una esperanza feliz" (v. 16).

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 87, 3

Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, inclina tu oído a mi clamor.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de espíritu cumplir lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El rey del universo nos resucitará para una vida eterna.

Del segundo libro de los Macabeos: 7,1-2.9-14

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epífanes los hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley. Uno de ellos, hablando en nombre de todos, dijo:
"¿Qué quieres saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres".
El rey se enfureció y lo mandó matar. Cuando el segundo de ellos estaba para morir, le dijo al rey: "Asesino, tú nos arrancas la vida presente, pero el rey del universo nos resucitará a una vida eterna, puesto que morimos por fidelidad a sus leyes".
Después comenzaron a burlarse del tercero. Presentó la lengua como se lo exigieron, extendió las manos con firmeza y declaró confiadamente: "De Dios recibí estos miembros y por amor a su ley los desprecio, y de él espero recobrarlos".
El rey y sus acompañantes quedaron impresionados por el valor con que aquel muchacho despreciaba los tormentos.
Una vez muerto éste, sometieron al cuarto a torturas semejantes. Estando ya para expirar, dijo: "Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la firme esperanza de que Dios nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 16, 1. 5-6. 8b.15.
R/. Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten. R/.
Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes, no tembló mi pisada. A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras. R/.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.

SEGUNDA LECTURA

Que el Señor disponga los corazones de ustedes para toda clase de obras buenas y de buenas palabras.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 2, 16-3,5

Hermanos: Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, conforten los corazones de ustedes y los dispongan a toda clase de obras buenas y de buenas palabras.
Por lo demás, hermanos, oren por nosotros para que la palabra del Señor se propague con rapidez y sea recibida con honor, como aconteció entre ustedes. Oren también para que Dios nos libre de los hombres perversos y malvados que nos acosan, porque no todos aceptan la fe.
Pero el Señor, que es fiel, les dará fuerza a ustedes y los librará del maligno. Tengo confianza en el Señor de que ya hacen ustedes y continuarán haciendo cuanto les he mandado. Que el Señor dirija su corazón para que amen a Dios y esperen pacientemente la venida de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Apoc 1, 5. 6
R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo es el primogénito de entre los muertos; a él sea dada la gloria y el poder por siempre. R/.

EVANGELIO

Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

Del santo Evangelio según san Lucas: 20, 27-38

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?".
Jesús les dijo: "En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, por todos los hombres y por sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestra caridad y digamos confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que la Iglesia viva en paz, crezca constantemente, se extienda por todo el mundo y persevere con alegría en la presencia del Señor, confortada por el Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Para que el Señor conceda a los que gobiernan el espíritu de sabiduría y de prudencia, a fin de que rijan a sus pueblos pensando en la paz común y en el bien y la prosperidad de sus súbditos, roguemos al Señor.
Para que Dios Padre libere al mundo de toda falsedad, hambre y miseria, y auxilie a los perseguidos, a los encarcelados y a los que son tratados injustamente, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros realicemos nuestro trabajo con espíritu cristiano y consigamos frutos abundantes por nuestras obras, roguemos al Señor.
Señor Dios, dueño supremo de la vida y autor de la resurrección, delante del cual hasta los muertos viven, escucha nuestras oraciones y haz que la palabra de tu Hijo, sembrada en nuestros corazones, germine y dé fruto abundante y que todos seamos confirmados en la esperanza de la resurrección y la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, mira con bondad este sacrificio, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio dominical.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.

O bien: Lc 24, 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con estos sagrados dones, te damos gracias, Señor, e imploramos tu misericordia, para que, por la efusión de tu Espíritu, cuya eficacia celestial recibimos, nos concedas perseverar en la gracia de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La fe cristiana no es una respuesta a todas las preguntas que los seres humanos tienen, según el gran teólogo Karl Rahner (1904-1984), pero sí es una respuesta a las que nos importan más a los cristianos. No hay duda de que la vida después de la muerte es una de ellas. Como lo expresa el Concilio Vaticano II, "el máximo enigma de la vida humana es la muerte... el temor por la desaparición perpetua"(Gaudium et spes n.18). La respuesta de la fe es que somos hechos no para desaparecer perpetuamente sino para llegar a la felicidad eterna. Dios nos ha hecho para sí y quiere tenernos junto a él por toda la eternidad. Descubrir en la fe una respuesta a preguntas profundamente humanas es, de acuerdo con Rahner, una manera muy eficaz para evangelizar a las personas de hoy.