DOMINGO 13
Verde Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario MR, p. 447 (443) / Lecc. II, p. 298
Otros santos: Leandro de Sevilla, obispo; Agustina (Livia) Petrantoni, religiosa de las Hermanas de la Caridad. Beato Carlos Lampert, presbítero y mártir
¿CUAL SERA LA SEÑAL?
Mal 3, 19-21; Sal 97; 2 Tes 3,7-12; Lc 21,5-19
El templo de Jerusalén fue, como muchos sabemos, oficialmente el centro de Israel. En la época de Jesús formaba un espectáculo arquitectural con "piedras hermosas y ofrendas excelentes" (v. 5), ya que el Rey Herodes lo amplificó en torno al año 20 a. C. Por lo tanto, la predicción de la ruina de este templo, hecha por Jesús con mucha confianza, naturalmente suscitaría atención entre sus oyentes. Alguien pide, de acuerdo con la antigua mentalidad judía, una señal de que esto está por suceder. La respuesta de Jesús es lo que constituye en Lucas el "discurso escatológico", sus palabras sobre la historia y su trayectoria. Sin embargo, niega identificar fechas o señales seguras acerca del fin. Es que quiere hacer hincapié en las dificultades que sus seguidores tendrán que sufrir, y en la necesidad de constancia, en vez de emitir predicciones superficiales.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jer 29,11.12.14
Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que se encuentren.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Brillará para ustedes el sol de justicia.
Del libro del profeta Malaquías: 3, 19-20
"Ya viene el día del Señor, ardiente como un horno. y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 5-6. 7-8. 9.
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor al son del arpa, aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro Rey. R/.
Alégrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
SEGUNDA LECTURA
El que no quiera trabajar, que no coma.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 3, 7-12
Hermanos: Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que, cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme, para no serles gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y otra vez: "El que no quiera trabajar, que no coma".
Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes viven como holgazanes, sin hacer nada, y además, entrometiéndose en todo. Les suplicamos a esos tales y les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 21, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Si perseveran con paciencia, salvarán sus almas.
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido".
Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?". Él les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin".
Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
Pero antes de todo esto los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, que quieres reunir a toda la humanidad para formar el templo vivo del Cuerpo de tu Hijo, escucha las oraciones de la Iglesia suplicante y haz que, a través de los acontecimientos, alegres y tristes, de la propia vida, mantengamos firme la esperanza de que, sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada, nos obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28
Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.
O bien: Mc 11, 23-24
Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Hay personas que han declarado saber la fecha precisa del fin del mundo y las señales de la venida de Cristo. Aunque algunos predecían el fin antes que el Abate Joaquín de Flores (ca. 1135-1202), quien empezó una larga historia de predicciones. Cuando el mundo no terminó en 1260, el año previsto por Joaquín, varios intérpretes del libro de Apocalipsis y secciones parecidas del Nuevo Testamento propusieron otras fechas. Más notables fueron el predicador bautista norteamericano William Miller y sus seguidores, que suscitaron mucha excitación en los países de habla inglesa por sus predicciones que pretendían ser tan precisas, por ejemplo, que la venida de Cristo sería e1 21 de marzo de 1843 y al no ocurrir, dijo entonces que sería el 22 de octubre de 1844, lo que no ocurrió. Pero lo que importa no es la fecha precisa, sino cómo vives y la constancia y la confianza en el Señor.