LUNES 22
Nuestra Señora María Reina
Rojo Memoria MR, p. 816 (806) / Lecc. II, p. 722
Otros santos: Juan Wall, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir. Beatos: Symeon Lukac, obispo greco-católico y mártir; Bernardo de Offida, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos.
En cuerpo y alma gloriosos, la Virgen María aparece en la Asunción como el logro supremo de la redención. Pero ella, que es toda hermosa, también es la Madre de aquel "cuyo Reino no tendrá fin". Por este motivo, desde hace muchos siglos, el pueblo cristiano la aclama por Reina suya, soberana y medianera de la gracia.
LA PARUSÍA
2 Tes 1,1-5.11-12; Sal 95; Mt 23, 13-22
Muchos han concebido la segunda venida de Jesús, llamada "parusía" en lengua griega, de manera terrible. Va a ser como el mural famoso de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano, pero más terrible y cruda: una rendición de cuentas sin piedad que concluye en muchas personas arrojadas al foso de las llamas de la perdición eterna. Si ésta es nuestra visión, tenemos que estudiar cuidadosamente la Segunda carta a los tesalonicenses. Allí la segunda venida quiere decir que el universo va a ser dirigido no por el mal (que Jesús rechaza) ni por el azar (porque Jesús es una persona intencional), sino por el bien. No es que todo va a ser un lecho de rosas, ya que, como Pablo dice, hay injusticias que deben ser corregidas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 44, 10
De pie a tu derecha está la Reina, vestida de oro y de brocados.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que constituiste Madre y Reina nuestra a la Madre de tu Hijo, concédenos en tu bondad que, apoyados en su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Nuestro Señor Jesús será glorificado en ustedes y ustedes en él.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 1, 1-5.11-12
Silvano, Timoteo y yo, Pablo, deseamos la gracia y la paz que proceden de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor, a la comunidad cristiana de Tesalónica, reunida en el nombre de Dios, nuestro Padre, y en el de Jesucristo, el Señor. Hermanos: Debemos dar gracias a Dios en todo momento, como es justo, por lo mucho que van prosperando ustedes en la fe y porque el amor que cada uno tiene a los otros es cada vez mayor. Por eso nos mostramos orgullosos de ustedes ante las comunidades cristianas de Dios, y de la constancia y de la fe que ustedes tienen en todas las persecuciones y tribulaciones que están sufriendo. Ésta es una prueba de que, en el justo juicio de Dios, serán considerados dignos de su Reino, por el cual ahora padecen.
Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado, y con su poder lleve a efecto tanto los buenos propósitos que ustedes han formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así glorificarán a nuestro Señor Jesús y él los glorificará a ustedes en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 95, 1-2a. 2b-3. 4-5.
R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo; que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos, de nación en nación sus maravillas. R/.
Cantemos al Señor, porque él es grande, más digno de alabanza y más tremendo que todos los dioses paganos, que ni existen. Porque los falsos dioses son apariencia; ha sido el Señor quien hizo el cielo. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
EVANGELIO
¡Ay de ustedes, guías ciegos!
Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 13-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga.
¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita.
Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de la santísima Virgen María, y concédenos que nos socorra la bondad de tu Hijo Jesucristo, que quiso ofrecerse a ti por nosotros en la cruz, como víctima inmaculada. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de santa María Virgen, IV MR, pp. 531-535 (527-531).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 1, 45
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Después de recibir el sacramento celestial, te suplicamos, Señor, que, cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar en el banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.