SÁBADO 20

Blanco Memoria de san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia MR, p. 814 (804) / Lecc. II, p. 718

Otros santos: María de Mattías, virgen y fundadora. Beato Teófilo Matulionis, obispo y mártir.

Este célebre y emprendedor monje de la abadía de Claraval (Francia) fue un incansable hombre de acción, combinado con un contemplativo, para quien todo se resume en el amor. Consejero de reyes y Papas, predicó la Cruzada y buscó con ansia la soledad para dedicarse en ella a la oración y penitencia, y acercarse así al misterio de Dios (1090-1153).

¡AY DE LOS HIPÓCRITAS!
Ez 43, 1-7; Sal 84; Mt 23, 1-12

Moisés fue el hombre más humilde y sabio de toda la historia de Israel. Por si fuera poco, fue amigo íntimo de Dios. Por consiguiente, sentarse en su cátedra, como dice Jesús, requería mucho de una persona. Los escribas y fariseos se jactaban precisamente de haberse sentado en esa cátedra, pero no estaban a la altura de las expectativas como sucesores de Moisés. Al contrario, eran un fracaso, viviendo vidas hipócritas. No hay duda de que este párrafo de Mateo refleja las disputas que su comunidad eclesial sufrió con los rabinos que sobrevivieron la destrucción de Jerusalén y construyeron sus escuelas de la ley en la ciudad norteña de Jamnia. Por eso contiene exageraciones y simplificaciones acerca de dichos fariseos. Sin embargo, su advertencia contra las tentaciones de la prepotencia y la hipocresía es válida en todas las épocas.

ANTÍFONA DE ENTRADA

El Señor colmó a san Bernardo con espíritu de inteligencia, para que transmitiera al pueblo de Dios las riquezas de la doctrina.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que encendiste al abad san Bernardo con el celo por tu casa e hiciste de él una lámpara que brillaba y ardía en tu Iglesia, concédenos por su intercesión que, animados por ese mismo espíritu, caminemos siempre como hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo ...

PRIMERA LECTURA

La gloria del Señor penetró en el templo.

Del libro del profeta Ezequiel: 43, 1-7

En aquellos días, un ángel me llevó a la puerta del templo, que da hacia el oriente, y vi que la gloria del Señor venía del oriente. Se oía un ruido como el estruendo de un río caudaloso y la tierra resplandecía con el fulgor de la gloria de Dios. Esta visión me recordó la que tuve cuando el Señor vino a destruir la ciudad y la que había tenido junto al río Kebar. Y caí rostro en tierra.
La gloria del Señor penetró en el templo por la puerta que da al oriente. El espíritu me levantó y me llevó al atrio interior y vi que la gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces oí que alguien me hablaba desde el templo, y el hombre que estaba junto a mí me dijo: "Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo las plantas de mis pies. Aquí habitaré para siempre con los hijos de Israel".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 84, 9ab. 10. 11-12. 13-14.
R/. El Señor habitará en la tierra.

Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 23, 9. 10
R/. Aleluya, aleluya.

Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.

Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacramento de unidad y de paz al conmemorar a san Bernardo, abad, que brilló por su palabra y sus obras, y promovió con firmeza la concordia y el orden de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 9

Así como el Padre me ha amado a mí, así yo los he amado a ustedes, dice el Señor; permanezcan, pues, en mi amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que esta comunión que hemos recibido, Señor, en la celebración de san Bernardo, produzca su fruto en nosotros, para que, movidos por su ejemplo e instruidos por sus enseñanzas, nos encienda en el amor de tu Verbo encarnado. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.