DOMINGO 31
Verde Domingo XVIII del Tiempo Ordinario [Se omite la memoria de san Ignacio de Loyola, presbítero] MR p. 432 (428) / Lecc. II p. 249 LH, empieza el uso del volumen IV
Otros santos: Elena de Skovde, viuda mártir. Beatos: Francis Solano Casey, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos; Zdenka (Cecilia) Shelingová, religiosa de la Congregación de las Hermanas de la Caridad Mártir.
¿QUÉ BIENES BUSCAMOS?
Ecli, 1,2; 2, 21-23; Sal 89; Col 3, 1-5. 9-11; Lc 12,13-21
Lucas empieza una larga meditación sobre los graves peligros que corremos cuando anhelamos los bienes materiales. En nuestro texto, se focaliza el vicio de la avaricia ejemplificado por la parábola de un hombre rico. A primera vista, este hombre no parece tan malo, sino simplemente prudente. Tiene una gran cosecha y quiere construir graneros suficientes para guardarla, lo cual parece sensato. Sin embargo, su frecuente uso de las palabras "yo" y "mío" sugiere que no es tan prudente. Al contrario, es egoísta, codicioso, avaro: en una palabra, es insensato. Quiere todo para sí mismo y pretende hallar su seguridad en sus riquezas. No reconoce, como lo expresa nuestra lectura del Eclesiastés, que toda riqueza es "vanidad", en hebreo hebel o vapor insubstancial. El antídoto contra tal avaricia sugiere la Carta a los colosenses, es buscar los bienes de arriba.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 69, 2. 6
Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.
ORACIÓN COLECTA
Ayuda, Señor, a tus siervos, que imploran tu continua benevolencia, y ya que se glorían de tenerte como su creador y su guía, renueva en ellos tu obra creadora y consérvales los dones de tu redención. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
¿Qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos?
Del Eclesiastés (Cohélet): 1,2; 2, 21-23
Todas las cosas, absolutamente todas, son vana ilusión. Hay quien se agota trabajando y pone en ello todo su talento, su ciencia y su habilidad, y tiene que dejárselo todo a otro que no lo trabajó. Esto es vana ilusión y gran desventura. En efecto, ¿qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos y afanes bajo el sol? De día dolores, penas y fatigas; de noche no descansa. ¿No es también eso vana ilusión? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14. 17.
R/. Señor, ten compasión de nosotros.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche. R/.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R/.
SEGUNDA LECTURA
Busquen los bienes de arriba, donde está Cristo.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3, 1-5. 9-11
Hermanos: Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos juntamente con él.
Den muerte, pues, a todo lo malo que hay en ustedes: la fornicación, la impureza, las pasiones desordenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una forma de idolatría. No sigan engañándose unos a otros; despójense del modo de actuar del viejo yo y revístanse del nuevo yo, el que se va renovando conforme va adquiriendo el conocimiento de Dios, que lo creó a su propia imagen.
En este orden nuevo ya no hay distinción entre judíos y no judíos, israelitas y paganos, bárbaros y extranjeros, esclavos y libres, sino que Cristo es todo en todos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.
EVANGELIO
¿Para quién serán todos tus bienes?
Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 13-21
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: "Maestro, dile a mi hermano' que comparta conmigo la herencia". Pero Jesús le contestó: "Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?". Y dirigiéndose a la multitud, dijo: "Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea". Después les propuso esta parábola: "Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: '¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida'. Pero Dios le dijo: '¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?'. Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, pidámosle que escuche nuestras oraciones y roguémosle con fe que venga en auxilio de nuestras necesidades, digamos confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Oremos por el Papa Francisco, por nuestro obispo N., por todos los obispos y sacerdotes, para que el Señor los haga santos y les conceda el espíritu de sabiduría a fin de que proclamen con rectitud la verdadera palabra. Roguemos al Señor.
Oremos por los que están lejos de sus hogares, por los viajeros, por los que se encuentran en peligro, para que el Señor les conceda un ángel que los proteja y los aleje de todo mal.
Oremos por los hombres de todos los pueblos y de todas las religiones, para que el Señor les revele su bondad y dirija su camino hacia el conocimiento de la verdad plena. Roguemos al Señor.
Oremos por nuestros hermanos que han muerto en el Señor; que Dios perdone sus pecados, acoja sus almas junto a él y los conduzca al lugar del descanso, de la luz y de la paz. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, que en Cristo, tu Hijo, nos has llamado a la posesión de tu reino, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras nos esforzamos por someter la tierra, nos dejemos cautivar por el deseo de poseer los bienes terrenales, y nos olvidemos de buscar siempre y por encima de todo aquello que nos hace ricos a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, conviértenos para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sb 16, 20
Nos has enviado, Señor, pan del cielo, que encierra en sí toda delicia, y satisface todos los gustos.
O bien: Jn 6, 35
Yo soy el pan de vida, dice el Señor. Quien venga a mí no tendrá hambre, y quien crea en mí no tendrá sed.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, con tu permanente auxilio, a quienes renuevas con el don celestial, y a quienes no dejas de proteger, concédeles ser cada vez más dignos de la eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Uno de los problemas más apremiantes de nuestra época moderna es la falta de seguridad espiritual. Los modernos nos encontramos desvinculados de la sociedad, del medio ambiente, y hasta de Dios. Nos sentimos abandonados a los azares de la suerte y privados de puntos de referencia ciertos. Varios pensadores, como el filósofo Martín Heidegger (1889-1976) o el teólogo luterano Rudolf Bultmann (1884-1976), han dedicado tomos pesados a esta situación, dándonos algunas ideas importantes y útiles. Pero nosotros nos apoyamos en la Biblia que contiene enseñanzas extensas sobre la búsqueda de la seguridad. Mientras que la tendencia humana es hallar seguridad en los ídolos, que son los bienes materiales y que agarramos como si fueran salvavidas, la Biblia enfatiza que la seguridad se encuentra solo en el abandono confiado a él que no podemos agarrar ni ver ni controlar, es decir, Dios.