MIÉRCOLES 8

Verde De Feria, Misa votiva de san José MR, p. 1205 (1197) / Lecc. II, p. 431

Otros santos: Medardo de Noyon, obispo; María Teresa Chiramel, laica fundadora. Beato Nicolás de Gésturi, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos.

¡EL SEÑOR ES EL ÚNICO DIOS!
1 Re 18, 20-39; Sal 15; Mt 5, 17-19

En nuestro episodio de 1 Reyes, pasamos de los baales al Baal de Tiro, de la casa real a todo Israel. Ha llegado el momento, en la belleza legendaria del monte de Carmelo, de la gran decisión, frente a infidelidades, compromisos y componendas. En el verso 22 el pueblo no responde porque la alternativa no admite respuesta, o porque tiene miedo a decidirse. El silencio es un factor importante de esta narración, e incluso el verdadero Dios responderá sin palabras. En el verso 38 somos testigos del poder del fuego divino sobre todos los elementos más importantes para Baal, como madera, piedra, tierra, y agua. Por medio de esta demostración de poder, también somos testigos de la superioridad del silencioso Dios de Israel sobre el ruidoso Baal, que no logra ni siquiera defender sus propios elementos.

ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 12, 42

Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Que todo el pueblo sepa que tú, Señor, eres el Dios verdadero, que puede cambiar sus corazones.

Del primer libro de los Reyes: 18, 20-39

En aquellos días, el rey Ajab envió mensajeros a todo Israel y reunió a los profetas de Baal en el monte Carmelo. Elías se acercó al pueblo y le dijo: "¿Hasta cuándo van a andar indecisos? Si el Señor es el verdadero Dios, síganlo; y si lo es Baal, sigan a Baal".
Pero el pueblo no supo qué responderle. Entonces Elías les dijo: "Yo soy el único sobreviviente de los profetas del Señor; en cambio, los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos; que ellos escojan uno, que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña sin prenderle fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña sin prenderle fuego. Ustedes invocarán a su dios y yo invocaré al Señor; y el Dios que responda enviando fuego, ése es el verdadero Dios".
Todo el pueblo respondió: "Está bien". Elías dijo entonces a los profetas de Baal: "Escojan un novillo y comiencen ustedes primero, pues son más numerosos. Invoquen a su dios, pero sin prender fuego". Ellos tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon e invocaron a Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "Baal, respóndenos". Pero no se oyó ninguna respuesta, y ellos seguían danzando y brincando junto al altar que habían hecho. Llegado el medio día, Elías comenzó a reírse de ellos, diciéndoles: "Griten más fuerte, porque a lo mejor Baal, su dios, está muy entretenido conversando o tiene algún negocio o está de viaje. A lo mejor está dormido y así lo despiertan".
Ellos gritaron más fuerte y empezaron a sangrarse, según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta que la sangre les chorreaba por todo el cuerpo. Cuando pasó el mediodía, se pusieron en trance hasta la hora de la ofrenda, pero no se escuchó respuesta alguna ni hubo nadie que atendiera sus ruegos. Entonces Elías le dijo al pueblo: "Acérquense a mí". Y todo el pueblo se le acercó. Preparó el altar del Señor, que había sido demolido. Tomó doce piedras, según el número de las tribus de los hijos de Jacob (a quien el Señor había dicho: Tú te llamarás Israel). Con las piedras levantó un altar en honor del Señor e hizo alrededor del altar una zanja, del ancho de un surco. Acomodó la leña, descuartizó el novillo y lo puso sobre la leña. Después dijo: "Llenen cuatro cántaros de agua y derrámenla sobre el holocausto y sobre la leña". Y lo hicieron así. Volvió a decirles: "Háganlo otra vez". Y lo repitieron. De nuevo les dijo: "Háganlo por tercera vez". y así lo hicieron. El agua corrió alrededor del altar y llenó la zanja por completo.
A la hora de la ofrenda se acercó el profeta Elías y dijo: "Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya he ejecutado todas estas cosas. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que todo este pueblo sepa que tú, Señor, eres el Dios verdadero, que puede cambiar los corazones".
Entonces bajó el fuego del Señor y consumió la víctima destinada al holocausto y la leña, y secó el agua de la zanja. Al ver esto, todo el pueblo tuvo miedo, y postrándose en tierra, dijo: "El Señor es el Dios verdadero. El Señor es el Dios verdadero". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 15,1. 2a. 4. 5. 8.11.
R/. Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. R/.
Los ídolos abundan y tras ellos se van todos corriendo; más yo no he de ofrecerles sacrificios, jamás invocaré sus nombres. R/.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado jamás tropezaré. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Salmo 24, 4.5
R/. Aleluya, aleluya.

Descúbrenos, Señor, tus caminos y guíanos con la verdad de tu doctrina. R/.

EVANGELIO

No he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-19

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces de padre de tu Unigénito, Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21

Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.