LUNES 6
Blanco Lunes después de Pentecostés Memoria de santa María Virgen, Madre de la Iglesia [Se omite la memoria de san Norberto, obispo] o san Marcelino Champagnat, sacerdote y fundador Solemnidad en las casas maristas* MR, p. 753 (1175) / Propio o Lecc. II, p. 1071 (ed. 2019) o*
Otros santos: Beata María Laura Mainetti, religiosa profesa de las Hermanas Hijas de la Cruz y mártir.
Se tributa a santa María Virgen el título de Madre de la Iglesia, ya que ella misma, habiendo engendrado a Cristo, Cabeza de la Iglesia, antes de que el Hijo entregara el espíritu en la cruz, también fue hecha madre de los redimidos.
El santo Papa Pablo VI confirmó solemnemente ese mismo apelativo en la alocución a los Padres del Concilio Vaticano II, el día 21 de noviembre de 1964, y estableció que "de ahora en adelante la Madre de Dios sea honrada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título".
MARÍA, NUESTRA MADRE
Hech 1, 12-14; Sal 86; Jn 19, 25-34
El libro de Hechos ofrece hoy el primero de los famosos sumarios de Lucas, que sirven como pausas narrativas para mirar hacia atrás y hacia delante, para resumir y para dejar claves de interpretación. Se trata del primer informe de la Iglesia en Jerusalén. Asimismo, el Evangelio de Juan nos presenta un sumario que sirve como una clave de interpretación, pero su resumen se encuentra no en una narración sino en una persona, la Virgen María. Para Juan, María encarna la nueva Eva, madre de "todos los seres vivientes" (Gén 3, 20), reunidos en la comunidad eclesial. Es la Madre de la familia eclesial, porque recibe de Jesús, como el hermano de éste, al discípulo ideal quien "podrá suscitar hijos al hermano mayor muerto" (Deut 25, 5-10). En otras palabras, María es la Madre de la Iglesia, que somos nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Hech 1, 14
Los discípulos perseveraban unánimes en la oración junto con María, la Madre de Jesús.
ORACIÓN COLECTA
Dios, Padre de misericordia, cuyo Unigénito, clavado en la cruz, proclamó como Madre nuestra a su propia Madre, María santísima, concédenos, por su cooperación amorosa, que tu Iglesia, siendo cada día más fecunda, se alegre por la santidad de sus hijos y atraiga a su seno a todas las familias de los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús.
Del libro de los Hechos de los apóstoles: 1, 12-14 *(Lecc. III, p. 625)
Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los apóstoles regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista de la ciudad lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron al piso alto de la casa donde se alojaban, Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago (el hijo de Alfeo), Simón el cananeo y Judas, el hijo de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús, con los parientes de Jesús y algunas mujeres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
O bien:
Madre de todos los vivientes.
Del libro del Génesis: 3, 9-15. 20 *(Lecc. III, p. 312)
Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde estás?". Éste le respondió: "Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí". Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?".
Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?". Repuso la mujer: "La serpiente me engañó y comí".
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón".
El hombre le puso a su mujer el nombre de "Eva", porque ella fue la madre de todos los vivientes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 86 (87), 1-2. 3-5. 6-7.
R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su templo. Tú eres más querida para Dios que todos los santuarios de Israel. De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. R/.
De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. Egipto y Babilonia adorarán al Señor; los filisteos, con Tiro y Etiopía, serán como tus hijos. R/.
Y de ti, Jerusalén, afirmarán: "Todos los pueblos han nacido en ti y el Altísimo es tu fortaleza". R/.
El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo, convertido en ciudadano tuyo; y todos los pueblos te cantarán, bailando: "Tú eres la fuente de nuestra salvación". R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
¡Dichosa, oh Virgen, que engendraste al Señor, dichosa, oh Madre de la Iglesia, que mantienes encendido en nosotros el Espíritu de tu Hijo Jesucristo!
EVANGELIO
Ahí está tu hijo. Ahí está tu madre.
Del santo Evangelio según san Juan: 19, 25-34
*(Misas de la Virgen María II, p. 127)
En aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: "Mujer, ahí está tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí está tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo: "Tengo sed".
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: "Está cumplido". E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestras ofrendas y conviértelas en sacramento de salvación, por cuya eficacia y por la intervención amorosa de la santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, nos llenemos de santo fervor y merezcamos quedar más íntimamente asociados, con ella, a la obra de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: María, modelo y Madre de la Iglesia.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, y alabarte en esta conmemoración de la Virgen María. Porque ella, al aceptar tu Palabra en su corazón inmaculado, mereció concebida en su seno virginal y, al dar a luz a su Creador, preparó el nacimiento de la Iglesia. Porque ella, al aceptar junto a la cruz el encargo de tu amor, recibió como hijos a todos los hombres, redimidos por la sangre de Cristo. Porque ella, al unirse a las oraciones de los Apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Santo prometido, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante. Y, desde su asunción gloriosa al cielo, sigue mostrando su amor a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria del cielo, hasta que venga el Señor, lleno de gloria. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos sin cesar, diciendo: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 2, 1. 11
Hubo unas bodas en Caná de Galilea a las que asistió María, la Madre de Jesús. En esa ocasión, Jesús dio principio a sus milagros, manifestó su poder y sus discípulos creyeron en él.
O bien: Cfr. 19, 26-27
Desde la cruz, Cristo dijo al discípulo amado: He ahí a tu Madre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido esta prenda de redención y vida, te suplicamos, Señor, que tu Iglesia, por la ayuda maternal de la santísima Virgen, instruya a todas las naciones, anunciándoles el Evangelio, y llene al mundo entero con la efusión de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
* San Marcelino Champagnat, sacerdote y fundador Solemnidad en las casas maristas
Textos propios
ANTÍFONA DE ENTRADA Mc 10,14-15
Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Se lo aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley y nos has dado a San Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo, concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas, amemos a los hermanos de corazón, y conduzcamos el mundo al conocimiento de la verdad de Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Vean: qué dulzura, qué delicia convivir los hermanos unidos. Sal 133,1
De los Hechos de los Apóstoles: 1, 12-14; 2, 44-47
Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa subieron a la sala, donde se alojaban Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago. Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas, María, la Madre de Jesús, y con sus hermanos.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos por todo el pueblo y día tras día el Señor iba agregando al grupo a los que se iban salvando.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 111, 1-9.
R/. Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R/.
En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como luz el que es justo, clemente y compasivo. R/.
Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El hombre justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. R/.
No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. R/.
Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.
EVANGELIO
Quien acoge a un niño de éstos por causa mía, me acoge a mí.
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 1-7.10
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron. ¿Quién es el más importante en el Reino de los cielos? El llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: Les digo que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el Reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí. Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino y lo hundieran en el fondo del mar.
¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay del hombre por quien viene ese escándalo! Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea agradable Señor, nuestra ofrenda; y concédenos que, llenos nosotros del Espíritu de tu amor, perseveremos en la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en la fracción del pan y en la oración.
Por Cristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Santos Pastores o de los Santos Religiosos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 19, 26-27
Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, a quienes celebramos las grandes obras que has llevado a cabo en tu Iglesia por medio de San Marcelino, que robustecidos con la fuerza de este sacramento, podamos siempre emprender mayores obras de apostolado. Por Cristo, nuestro Señor.