MIÉRCOLES 15
Verde De Feria, Misa por la familia MR, p. 1113 (1105) / Lecc. II, p. 456
Otros santos: Vito, Modesto y Crescencia de Nápoles, mártires; Bernardo de Menthon, sacerdote de la Orden de ermitaños de San Agustín; María Micaela del Santísimo Sacramento, virgen fundadora.
EL LEGENDARIO ELÍAS
2 Re 2, 1, 6-14; Sal 30; Mt 6, 1-6.16-18
En la primera lectura de hoy, la desaparición de Elías está contada en una tonalidad misteriosa, con un ritmo casi litúrgico. Pero más que en esta desaparición, el segundo Libro de Samuel se concentra en la sucesión al papel profético de Elías. El autor bíblico se interesa principalmente en la continuidad de la profecía y rápidamente se olvida de Elías. La tradición más tarde, en contraste, se preocupa extensamente con este personaje. Muchas leyendas lo presentan viajando en torno a todo el mundo, haciendo milagros, curando a los enfermos, y aconsejando a los rabís. Varías prácticas litúrgicas lo invocan, desde el rito Havdalá que termina el Sabbat semanal hasta la celebración anual de la pascua y la circuncisión de niños. Todo esto es un buen ejemplo de cómo una comunidad lee la Biblia y la hace viva en su vida cotidiana.
ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 6, 2-3
Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que lleva consigo esta promesa: Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, ya que en tu designio tiene su sólido fundamento la familia, atiende misericordiosamente las súplicas de tus siervos y concédenos que, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de tu Hijo Unigénito en el don de su amor y en sus virtudes domésticas, disfrutemos de la eterna recompensa, en la alegría de tu casa.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Apareció un carro de fuego y Elías subió al cielo.
Del segundo libro de los Reyes: 2, 1. 6-14
Esto fue lo que sucedió cuando el Señor iba a arrebatar a Elías en un remolino hacia el cielo. Ese día Elías y Eliseo habían salido de Guilgal. Al llegar a Jericó, Elías le dijo a Eliseo: "Quédate aquí, porque el Señor me envía al Jordán". Respondió Eliseo: "Por Dios y por tu vida que no te dejaré ir solo". Y se fueron los dos juntos. Los acompañaban cincuenta hombres de la comunidad de los profetas, los cuales, al llegar Elías y Eliseo a la orilla del Jordán, se detuvieron a cierta distancia de ellos. Elías tomó su manto, lo enrolló y con él golpeó las aguas; éstas se separaron a un lado y a otro, y ambos pasaron el río sin mojarse.
Después de cruzar, Elías le dijo a Elíseo: "Pídeme lo que quieras que haga por ti, antes de que sea arrebatado de tu lado". Respondió Eliseo: "Que sea el heredero principal de tu espíritu". Le dijo Elías: "Es difícil lo que pides; pero si alcanzas a verme, cuando sea arrebatado de tu lado, lo obtendrás; si no, no lo obtendrás". Siguieron caminando y conversando, cuando un carro de fuego, con caballos de fuego, se interpuso entre ellos, y Elías subió al cielo en un remolino. Eliseo lo veía alejarse y le gritaba: "¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel!". Y ya no lo volvió a ver. Entonces se rasgó las vestiduras, recogió el manto que se le había caído a Elías, regresó y se detuvo en la orilla del Jordán. Tomó el manto de Elías y golpeó con él las aguas, y no se separaron. Entonces dijo: "¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?". Volvió a golpear las aguas y entonces se separaron a un lado y a otro, y pasó Eliseo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 30, 20. 21. 24.
R/. Amemos al Señor todos sus fieles.
¡Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles! Con quien se acoge a ti, Señor, ¡qué bueno eres! R/.
Tu presencia lo ampara de todas las intrigas de los hombres, y lo pone a resguardo de las burlas y las murmuraciones. R/.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues protege a los leales y a los soberbios da lo que merecen. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Del santo Evangelio según san Mateo: 6, 1-6.16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres, para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de reconciliación, te suplicamos humildemente que conserves a nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 49, 15
¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura? Aunque hubiera una que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre clementísimo, haz que aquellos que alimentaste con el sacramento celestial, imiten sin cesar los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito para que, después de las pruebas de esta vida, logren estar en su compañía por toda la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.