LUNES 13
Blanco Memoria de san Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia MR, pp. 765 (751). 947 (939) / Lecc. II, p. 448
Otros santos: Beatos: Mariana Biernacka, madre de familia y mártir; Gerardo de Claraval, monje cisterciense.
Hacia 1195 nació en Lisboa. Para 1221 se encontraba ya en Asís. junto a san Francisco, cuyo proyecto de vida evangélica lo atraía mucho. Por sus dotes extraordinarios de predicador, fue enviado a Francia, en donde se difundían doctrinas heréticas (los cátaros). Fundó un convento en Francia, y cuando volvía a Italia, murió en Padua, después de predicar ahí mismo los sermones de Cuaresma (1231).
Del Común de pastores: para un pastor, MR, p. 947 (939), o del Común de doctores de la Iglesia, p. 956 (948), o del Común de santos y santas; para los religiosos, p. 973 (965).
LA LEY DEL TALIÓN VIENE ABROGADA
1Re 21, 1-16; Sal 5; Mt 5,38-42
La ley del talión no es de origen bíblico, sino mesopotámico. Se asemeja a dos leyes del Código de Hammurabi (siglo XVIII a. C): "si un hombre deja tuerto a otro, lo dejarán tuerto; si le rompe un hueso a otro, que le rompan un hueso" (196 y 197). La ley parece cruel, pero intenta poner freno a la crueldad de personas como Lamec, que anunciaba; "maté a un hombre por herirme, y a un muchacho por golpearme" (Gén 4, 23). Frente a la venganza incontrolada,
la Ley del Talión pretende que la venganza no vaya más allá de la ofensa. De todos modos, sigue dominando la idea de que es lícito vengarse. Jesús no acepta esa actitud en sus discípulos. No sólo no deben enfrentarse al que los ofende, deben adoptar siempre una postura de entrega y generosidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 131, 9
Que tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de júbilo.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en san Antonio de Padua diste a tu pueblo un predicador insigne y un intercesor en sus necesidades, concédenos que, con su ayuda y siguiendo sus ejemplos de vida cristiana, experimentemos tu auxilio en toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Apedrearon a Nabot hasta que murió.
Del primer libro de los Reyes: 21, 1-16
Nabot de Yezrael tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria, y Ajab le dijo a Nabot: "Dame tu viña para plantar ahí una huerta, ya que está pegada a mi casa; yo te doy por ella una viña mejor o si prefieres, te pago con dinero". Nabot le respondió a Ajab: "Dios me libre de darte la herencia de mis padres". Ajab se fue a su casa, triste y enfurecido, porque Nabot le había dicho: "No te daré la herencia de mis padres". Se acostó en su cama, se volvió de cara a la pared y no quiso comer. Entonces se le acercó su esposa, Jezabel, y le dijo: "¿Por qué estás de mal humor y no quieres comer?". El respondió: "Es que hablé con Nabot de Yezrael y le dije que me vendiera su viña o que, si prefería, yo se la cambiaría por otra mejor; pero él me respondió que no me daría su viña".
Su esposa Jezabel, le dijo: "¿No que tú eres el rey poderoso que manda en Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré la viña de Nabot", Entonces ella escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y hombres principales de la ciudad en que vivía Nabot. Las cartas decían: "Promulguen un ayuno, convoquen una asamblea y sienten a Nabot en primera fila. Pongan frente a él a dos malvados que lo acusen, diciendo: 'Ha maldecido a Dios y al rey'. Luego lo sacan fuera de la ciudad y lo apedrean hasta que muera".
Los habitantes de la ciudad, los ancianos y los hombres principales que vivían cerca de Nabot, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les había remitido. Promulgaron un ayuno y en la asamblea sentaron a Nabot en primera fila. Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: "Nabot ha maldecido a Dios y al rey". Luego lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. En seguida le mandaron avisar a Jezabel que Nabot había muerto apedreado.
Cuando Jezabel supo que Nabot había muerto apedreado, le dijo a Ajab: "Ve a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael, que no quiso vendértela, pues Nabot ya no vive: ha muerto". Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, fue a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 5, 2-3. 5-6. 7.
R/. Señor, atiende a mis gemidos.
Señor, oye mi voz, atiende a mis gemidos, haz caso de mis súplicas, rey y Dios mío. R/.
Pues tú no eres un Dios al que pudiera la maldad agradarle, ni el malvado es tu huésped ni ante ti puede estar el arrogante. R/.
Al malhechor detestas y destruyes, Señor, al embustero; aborreces al hombre sanguinario y a quien es traicionero. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 118, 105
R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero. R/.
EVANGELIO
Yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 38-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente. Pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Antonio de Padua, y del mismo modo que, por estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos también a nosotros tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 24, 46-47
Dichoso el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con su deber; yo les aseguro que le confiará todos sus bienes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que celebramos la festividad de san Antonio de Padua, para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él nos señaló. Por Jesucristo, nuestro Señor.