ABRIL 2022
DLMMJVS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930

DOMINGO 3

Morado Domingo V de Cuaresma MR p. 228 (247) / Lecc. I, p. 305

Otros Santos: Ricardo de Wych, obispo. Beatos: Lorenzo Pak Chwi-Deuk, catequista mártir; José Luciano Ezequiel Huerta Gutiérrez y José Salvador Huerta Gutiérrez, laicos mártires.

La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes durante este tiempo puede conservarse a juicio de la Conferencia Episcopal, Las cruces permanecen cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
En este domingo se celebra el tercer escrutinio preparatorio para el Bautismo de los catecúmenos que van a ser admitidos a los sacramentos de la Iniciación cristiana en la Vigilia Pascual. Se emplean las oraciones y las intercesiones propias, que aparecen en el MR, pp. 987-988 (979-980). Sin embargo, en la tercera Misa de los escrutinios debe leerse siempre el Evangelio con el pasaje de Lázaro, tal como se propone en el Domingo V de Cuaresma para el ciclo A.

LA LUZ DE LA ESPERANZA
Is 43, 16-21; Sal 125; Flp 3, 7-14; Jn 8,1-11

En medio de una Cuaresma que se torna cada vez más sombría, aparecen brillos de esa luz que es la esperanza. De acuerdo con Isaías, los exilios en Babilonia no van a durar por siempre. El nuevo Éxodo que Dios realizará en favor de su pueblo será aún más maravilloso que aquel éxodo de Egipto. No vale aquí aquella apreciación de que "los sueños, sueños son": este sueño es una realidad. Es lo mismo en el Evangelio de Juan. Los adversarios ponen a Jesús ante una dura prueba: la misericordia o la justicia. Su objetivo es acusarlo como enemigo de la ley de Moisés. Tampoco les importa la situación de aquella pobre mujer que iba a ser lapidada. Jesús no sólo escapa de sus trampas sino que muestra el brillo de la misericordia divina ante la mujer pecadora.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42, 1-2

Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hito, por la salvación del mundo, se entregó a la muerte. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.

Del libro del profeta Isaías: 43, 16-21

Esto dice el Señor, que abrió un camino en el mar y un sendero en las aguas impetuosas, el que hizo salir a la batalla a un formidable ejército de carros y caballos, que cayeron y no se levantaron, y se apagaron como una mecha que se extingue: "No recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy a realizar algo nuevo. Ya está brotando. ¿No lo notan? Voy a abrir caminos en el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida. Me darán gloria las bestias salvajes, los chacales y las avestruces, porque haré correr agua en el desierto, y ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo escogido. Entonces el pueblo que me he formado proclamará mis alabanzas".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6.
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.

SEGUNDA LECTURA

Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a Cristo en su muerte.

De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 3, 7-14

Hermanos: Todo lo que era valioso para mí, lo consideré sin valor a causa de Cristo. Más aún pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo, que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor he renunciado a todo, y todo lo considero como basura, con tal de ganar a Cristo y de estar unido a él, no porque haya obtenido la justificación que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo Jesús, con la que Dios hace justos a los que creen.
Y todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la fuerza de su resurrección, compartir sus sufrimientos y asemejarme a él en su muerte, con la esperanza de resucitar con él de entre los muertos.
No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o que sea ya perfecto, pero me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha conquistado. No, hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí, olvido lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y del trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el cielo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.

EVANGELIO

Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.

Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se presentó de nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y él, sentado entre ellos, les enseñaba.
Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola frente a él, le dijeron: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú que dices?".
Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían en su pregunta, se incorporó y les dijo: ''Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra". Se volvió a agachar y siguió escribiendo en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: "Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?".
Ella le contestó: "Nadie, Señor". Y Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, amados hermanos, y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores. roguemos al Señor.
Para que el Redentor de mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo a nosotros, sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
Dios de bondad, que quieres renovar en Cristo el universo entero, contempla nuestra miseria y, puesto que enviaste a tu Hijo al mundo no para condenarlo, sino para salvarlo, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras culpas y haz que renazca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva y exultante. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Escúchanos, Dios todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes infundiste la sabiduría de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia de este sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-II de Cuaresma, MR, pp. 497-498 (493-494).

Si se emplean lecturas de la Misa de escrutinios, el prefacio V de Cuaresma, MR, p. 229 (248).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 8,10-11

¿Nadie te ha condenado, mujer? Nadie, Señor. Yo tampoco te condeno. Ya no vuelvas a pecar.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contarnos siempre entre los miembros de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Bendice, Señor, a tu pueblo, que espera los dones de tu misericordia, y concédele recibir de tu mano generosa lo que tú mismo lo mueves a pedir. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Para muchos, parece que la fe es el centro y el único elemento necesario de la vida cristiana. En cambio, para el teólogo alemán, Jürgen Moltmann, mientras que la fe tiene la prioridad, ya que la vida cristiana empieza con ella y se impregna de ella, es la esperanza lo que posee la primacía. Sin la esperanza, la fe en Jesucristo pierde su motivación y, por lo tanto, se extingue el faro que los cristianos siempre han necesitado para guiarse en las tinieblas. Lo que es aún más, la esperanza no es sólo una virtud personal que los individuos poseen dentro de sus almas; sino que es también el principio revolucionario que provoca la transformación de un mundo de injusticia y violencia en una imagen de ese reino de Dios que Jesús encarna y por el cual dio su vida para establecerlo.