SÁBADO 19
Solemnidad de san José, esposo de la Santísima Virgen MaríaBlanco MR, p. 720 (707); Lecc. I, p. 1003
Otros Santos: Beatos: Narciso Turchan, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir; Marcelo Callo, mártir laico.
Su misión en esta vida consistió en velar por Jesús "haciendo las veces de padre" (prefacio). Pero el Señor ha querido que la cabeza de la Sagrada Familia siga cumpliendo la misma función con la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. María es madre de la Iglesia; san José, el protector.
SAN JOSÉ TENÍA UN CORAZÓN DE PADRE
2 Sam 7, 4-5.12-14.16; Sal 88; Rom 4, 13.16-18.22; Lc 2, 41-51
Lo culminante en la historia de David es la promesa que Dios le hace. Natán es su profeta privilegiado en el principio, pero la promesa ciertamente no se termina con él. Al contrario, inicia una larga corriente histórica: en el futuro los profetas la retornarán, colocándola en una perspectiva cada vez más rica. Finalmente, se cumple en la vida de Jesús, quien, en el Evangelio de hoy, viene al Templo que David deseaba construir, y lo llena con su presencia. Quizá, como explica el Evangelio, sus padres no entendieron perfectamente sus palabras. No obstante, san José muestra, con su preocupación y su disposición de escuchar a Jesús, que tenía el corazón de un padre genuino, uno que sigue en pos del padre Abraham, alabado por san Pablo, y uno que hace posible que Jesús cumpla la promesa antigua.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
Del segundo libro de Samuel: 7, 4-5. 12-14. 16
En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.
El me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 88, 22-3. 4-5. 27. 29.
R/. Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice". R/.
SEGUNDA LECTURA
Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 13. 16 18. 22
Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos.
Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. Él, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 83, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán. R/.
EVANGELIO
Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrado, regresaron a Jerusalén en su busca.
Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?". Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien:
José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 16. 18-21. 24
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que así como san José sirvió con amorosa entrega a tu Unigénito, nacido de la Virgen María, así también nosotros, con un corazón limpio, merezcamos servirte en tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: Misión de san José.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociamos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25,21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege siempre a esta familia tuya que, alimentada con el sacramento del altar, se alegra hoy al celebrar la solemnidad de san José, y conserva en ella los dones que con tanta bondad le concedes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, que tu oído misericordioso esté abierto a la oración de quienes te suplican, y, para que reciban lo que desean, concédeles pedir lo que te agrada.
Por Jesucristo, nuestro Señor.