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SÁBADO 5

Fiesta de san Felipe de Jesús, mártir Solemnidad en la Arquidiócesis de México

Rojo san Jesús Méndez Montoya* MR, p. 707 (694); Lecc. I, p. 999

Otros Santos: Beata Francisca Mezière, virgen y mártir.

Felipe de las Casas, mártir, primer santo mexicano, escogió el nombre de "Felipe de Jesús". Nació en la Ciudad de México. Era inquieto y travieso. Entró en la Orden franciscana en la ciudad de Manila. Le concedieron ordenarse en su patria, pero una tormenta lazó el barco hacia las costas de Japón, en donde sufrió el martirio, repitiendo el nombre de Jesús. Canonizado en 1862 (1572-1597).

EL PODER TRANSFORMADOR DE DIOS
2 Cor 4, 7-15; Sal 123; Lc 9,23-26

La Segunda Epístola a los Corintios desarrolla los temas de la tribulación presente y la gloria futura, entretejiéndolos por medio de comparaciones: por ejemplo, escribe sobre la tienda, comparada con el edificio permanente; del peregrino, comparado con el ciudadano; y del desnudo, comparado con el vestido o revestido. Lo que le importa a san Pablo es el enlace que transforma el primer lado de cada comparación con el segundo. Por ejemplo, escribe sobre las "vasijas de barro", que recuerdan la creación del hombre y de la mujer del barro de la tierra (Gén 2, 7; Sal 103, 14), y tal vez también a Jeremías en el taller del alfarero (Jer 18). Se transforman en cofres de un tesoro. ¿Cómo se transforman? La respuesta es el poder de Dios. Hoy tenemos acceso a este poder por medio de nuestra fe. ¿La dejamos que nos transforme?

ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10-11

Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en los abismos, y que toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que te dignaste aceptar la sangre de san Felipe de Jesús como primicia de la fe de nuestro pueblo, concédenos, por su intercesión, madurar en esa misma fe, para que demos testimonio de ella no solo de palabra, sino, sobre todo, con los hechos de nuestra vida diaria.
Por nuestro Señor Jesucristo ...

Fuera de la Arquidiócesis de México solamente se dice una de las dos lecturas antes del Evangelio, con el salmo responsorial.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Los aceptó como holocausto.

Del libro de la Sabiduría: 3, 1-9

Las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 123, 2-3. 4-5. 7b-S.
R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes. R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.

SEGUNDA LECTURA

Aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 7-15

Hermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.
Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10
R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

El que pierda su vida por mí, ése la encontrará.

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 23-26

En aquel tiempo, Jesús le dijo a la multitud: "Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?
Por otra parte, si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga revestido de su gloria y de la del Padre y de la gloria de los santos ángeles". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

En la Arquidiócesis de México, se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, los dones que te presentamos y, por la intercesión de san Felipe de Jesús haz que nos sirvan de ayuda para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de los santos mártires, MR, pp. 540-541 (536-537).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 16, 24

Si alguno quiere venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo Jesucristo, te suplicamos humildemente, Señor, que, por intercesión de tu mártir san Felipe de Jesús, nos veamos libres de toda adversidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sb 10, 12

El Señor le concedió un duro combate, para que supiera vencer, porque la sabiduría es más poderosa que todo.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste a tu mártir san Jesús Méndez Montoya superar los tormentos que padeció, concede a quienes celebramos el día de su triunfo, que, con tu protección, nos mantengamos invencibles ante las insidias del enemigo. Por nuestro Señor Jesucristo ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sean aceptables, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de tu mártir san Jesús Méndez Montoya y que agraden a tu majestad, del mismo modo que fue preciosa ante ti la efusión de su sangre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 10, 39

Quien pierda su vida por mí, dice el Señor, la salvará para siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella fortaleza de espíritu que hizo a tu mártir san Jesús Méndez Montoya fiel en tu servicio y victorioso en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nació en Tarímbaro, Mich. (Arquidiócesis de Morelia) el 10 de junio de 1880. Vicario de Valtierrilla, Gto. Sacerdote que supo hacerse todo a todos no escatimó medios para intensificar la vida cristiana entre sus feligreses. Se sujetó a largas horas de confesonario de donde salían los cristianos convertidos o con anhelos de mayor perfección debido a sus prudentes consejos. Convivía con las familias pobres, era un catequista y guía para los obreros y campesinos; y un asiduo maestro de música que formó un buen coro para las celebraciones. (vatican. va)