DOMINGO 19
Verde Domingo XXV del Tiempo Ordinario [Se omite la Memoria de san José María de Yermo y Parres, presbítero] MR, p. 439 (435) / Lecc. II, p. 166
Otros santos: Jenaro de Nápoles, obispo y mártir; Emilia de Rodat, fundadora.
COMUNIDADES DE FE, PERO NO DE PAZ
Sab 2, 12. 17-20; Sal 53: Sant 3, 16-4, 3; Mc 9, 30-37
Las comunidades de fe no siempre brillan por su paz y tranquilidad. Al contrario, pueden ser lugares de mucha tensión y luchas internas. Las tres lecturas de hoy nos hablan de semejante división, que a veces puede llegar a un desenlace violento. En la primera lectura, el judío sabio es amenazado con la muerte por parte de sus adversarios. Según un número importante de exégetas, dichos adversarios son otros judíos, quizá con ideas diferentes acerca del contexto helenista en que todos vivían. En la segunda lectura, Santiago habla abiertamente de peleas y riñas entre los miembros de su Iglesia local. En el Evangelio de Marcos, Jesús hace una predicción de su muerte, por segunda vez, a manos de ciertos hombres. Sabemos muy bien quiénes fueron estos hombres. No fueron romanos o paganos, sino correligionarios de Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos, merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.
Del libro de la Sabiduría: 2, 12. 17-20
Los malvados dijeron entre sí: "Tendamos una trampa al justo, porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados.
Veamos si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte. Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudará y lo librará de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a la humillación y a la tortura, para conocer su temple y su valor. Condenémoslo a una muerte ignominiosa, porque dice que hay quien mire por él". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 53, 3-4. 5. 6. 8.
R/. El Señor es quien me ayuda.
Sálvame, Dios mío, por tu nombre; con tu poder defiéndeme. Escucha, Señor, mi oración y a mis palabras atiende. R/.
Gente arrogante y violenta contra mí se ha levantado. Andan queriendo matarme. ¡Dios los tiene sin cuidado! R/.
Pero el Señor Dios es mi ayuda, él, quien me mantiene vivo. Por eso te ofreceré con agrado un sacrificio, y te agradeceré, Señor, tu inmensa bondad conmigo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia.
De la carta del apóstol Santiago: 3, 16-4, 3
Hermanos míos: Donde hay evidencias y rivalidades. ahí hay desorden y toda clase de obras malas. Pero los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros, ante todo. Además, son amantes de la paz, comprensivos, dóciles, están llenos de misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros. Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia.
¿De dónde vienen las luchas y los conflictos entre ustedes? ¿No es, acaso, de las malas pasiones, que siempre están en guerra dentro de ustedes? Ustedes codician lo que no pueden tener y acaban asesinando. Ambicionan algo que no pueden alcanzar, y entonces combaten y hacen la guerra. Y si no lo alcanzan, es porque no se lo piden a Dios. O si se lo piden y no lo reciben, es porque piden mal, para derrocharlo en placeres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tes 2,14
R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R/.
EVANGELIO
El Hijo del hombre va a ser entregado. -Si alguno quiere ser el primero, que sea el servidor de todos.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará". Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: "¿De qué discutían por el camino?". Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: "Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: "El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Por el santo Padre, el Papa N., por nuestro obispo N., y por todos los demás obispos, por los presbíteros y diáconos; para que cuiden santamente el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Por los jefes de Estado y por los demás gobernantes, por los responsables del bien común y por los que tienen en sus manos las riquezas del mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la paz y la libertad, roguemos al Señor.
Por los que padecen hambre u otras necesidades, por los que están enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o viven lejos de sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo y la fortaleza de Dios, roguemos al Señor.
Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, y el perdón de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la salvación eterna de nuestras almas, roguemos al Señor.
Dios nuestro, Padre de todos, que quieres que el último sea el primero y propusiste a un niño como ejemplo para los discípulos, danos la sabiduría que viene de arriba, para que acojamos la palabra de tu Hijo y entendamos que, ante tus ojos, el primero ha de ser el servidor de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos, por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos mueve a proclamar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.
O bien: Jn 10, 14
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; y conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu incesante ayuda, para que en estos misterios recibamos el fruto de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El Concilio Vaticano II, en su Constitución Pastoral Sobre la Iglesia en el Mundo Moderno, observaba sabiamente que "la paz jamás es una cosa del todo hecha, sino un perpetuo quehacer (Gaudium et spes n. 78)". Los padres conciliares estaban hablando de la paz en el gran mundo político. No obstante, sus palabras pueden aplicarse al mundo más pequeño de las comunidades de fe, como la diócesis, la parroquia y la escuela. También en estos contextos vale la pena tomar las medidas sugeridas por el Concilio: el dominio de sí mismo, el firme propósito de respetar a los demás, el apasionado ejercicio de la fraternidad, la práctica de la justicia social y el amor. No podemos tranquilizarnos pensando que si los miembros de una comunidad adoran al mismo Dios automáticamente tendrán paz. Hay que cultivar la paz de manera continua.