SEPTIEMBRE 2021
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VIERNES 10

Verde / Rojo Feria, Misa votiva de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo MR, p. 1176 (1166) / Lecc. II, p. 783

Otros santos: Nicolás de Tolentino, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín; Nemesio de Alejandría, mártir. Beato Santiago Gagnot, presbítero de la Orden de los Carmelitas Descalzos y mártir.

LA AUTOCRÍTICA ES UNA NECESIDAD CONSTANTE
1Tim 1, 1-2.12-14; Sal 15; Lc 6, 39-42

Al principio de cada misa, en el acto penitencial, se nos propone recordar nuestros pecados y pedir la misericordia de Dios por ellos. Quizá, a veces tal acto nos parezca un gesto lindo, pero rutinario y hasta mecánico. Sin embargo, contiene dentro de sí una percepción muy sabia y crucial. El Evangelio de hoy nos ayuda a rescatar esta percepción. En Lucas, el discípulo está llamado a vivir una vida radicalmente comprometida con la propuesta de Jesús. Mediante una serie de comparaciones, Jesús hace ver que la falta de autocrítica constituye uno de los principales obstáculos para seguirlo. Muchos no logran ser sus discípulos porque evitan la autocrítica, tergiversando el impulso crítico hacia fuera, hacia los demás. Es precisamente tal autocrítica que el acto penitencial, al principio de la misa, nos está alentando a percibir como una necesidad continua.

ANTÍFONA DE ENTRADA Apoc 5, 9-10

Con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, para constituir un reino para Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que redimiste a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Unigénito, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando sin cesar el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Antes fui blasfemo, pero Dios tuvo misericordia de mí.

De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 1-2.12-14

Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por disposición de Dios, nuestro salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza, te deseo a ti, Timoteo, mi verdadero hijo en la fe, la gracia, la misericordia y la paz, de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Doy gracias a aquel que me ha fortalecido, a nuestro Señor Jesucristo, por haberme considerado digno de confianza al ponerme a su servicio, a mí, que antes fui blasfemo y perseguí a la Iglesia con violencia; pero Dios tuvo misericordia de mí, porque en mi incredulidad obré por ignorancia, y la gracia de nuestro Señor se desbordó sobre mí, al darme la fe y el amor que provienen de Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 15, 1-2a. 5. 7-8.11.
R/. Nuestra vida está en manos del Señor.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado jamás tropezaré. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 17,17
R/. Aleluya, aleluya.

Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.

EVANGELIO

¿Puede un ciego guiar a otro ciego?

Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 39-42

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: "¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decide a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al traer ante tu soberana presencia, Señor, nuestros dones, haz que, por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, el mediador de la nueva Alianza, y nos renovemos por la aspersión salvadora de su Sangre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Co 10, 16

El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une en el Cuerpo del Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que seamos bañados siempre con la sangre de nuestro Salvador, y que ésta se convierta para nosotros en fuente de agua que brote hasta la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.