SÁBADO 3

Fiesta de santo Tomás, Apóstol

Rojo MR, p. 779 (767) / Lecc. II, p. 1091

Otros santos: Beatas: María Ana Magas Fontcuberta, virgen fundadora; Bárbara Jeong Sun-mae, virgen catequista y mártir.

Durante la pasión y resurrección del Señor, Tomás revela toda su personalidad. En la Ultima Cena, Tomás hace una pregunta, quizá en tono áspero, y obtiene esta respuesta de Jesús: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". Inicialmente Tomás no creyó que el Señor se les hubiera aparecido a sus compañeros, resucitado, pero cuando el Señor se le aparece y lo invita a poner sus dedos y sus manos en heridas cicatrizadas, Tomás cae exclamando: "¡Señor mío y Dios mío!".

LA INCREDULIDAD Y LA COMUNIDAD
Ef 2, 19-22; Sal 116; Jn 20, 24-29

Hoy, el Evangelio de Juan nos presenta la figura emblemática de Tomás, el incrédulo. Pero también sugiere una explicación olvidada por su incredulidad. Para entenderla, hay que reconocer que, para Juan, la realidad de Jesús resucitado no se percibe con elucubraciones ni buscando experiencias individuales, sino en medio de las nuevas relaciones humanas creadas por el Espíritu de Jesús. Por eso, cuando Jesús se aparece a los discípulos, y ellos empiezan a exhibir la alegría y otros rastros de estas relaciones, es significativo que Tomás no esté con ellos. Por su falta de conexión con las relaciones humanas renovadas, Tomás no puede creer en su fuente, Jesús. Sólo cuando, como dice el evangelista, Tomás estaba con ellos, es que logra creer. Si buscamos la fe pascual, por lo tanto, tenemos que buscar una comunidad de amor y fuerza espiritual.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 117. 28.21

Tú eres mi Dios, y yo confiaré en ti, tú eres mi Dios, te alabaré y te daré gracias; pondré en ti mi confianza, porque tú eres mi salvador.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, alegrarnos por la festividad del apóstol santo Tomás, para que siempre nos ayude con su protección y para que, creyendo, tengamos vida en el nombre de aquel a quien él mismo reconoció como Señor, Jesucristo, tu Hijo. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2, 19-22

Hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.
Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo en el Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 116,1. 2.
R/. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. Jn 20,29
R/. Aleluya, aleluya.

Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

¡Señor mío y Dios mío!

Del santo Evangelio según san Juan: 20, 24-29 I

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré". Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: ''Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano; métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios mío!".
Jesús añadió: "Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al conmemorar la confesión de fe del apóstol santo Tomas, te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, para darte así el culto que mereces, y te pedimos humildemente que cuides en nosotros los dones que de ti hemos recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de los Apóstoles, pp. 536-537 (532-533).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN cfr. Jn 20, 27

Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, en este sacramento hemos recibido verdaderamente el Cuerpo de tu Unigénito; concédenos que lo reconozcamos por la fe como Dios y Señor nuestro, y también lo confesemos con las obras y con la vida, a ejemplo del apóstol Tomás. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 616 (610).