MAYO 2021
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LUNES 24

Nuestra Señora María auxiliadora

Blanco Lunes después de Pentecostés Memoria de santa María Virgen, Madre de la Iglesia MR, p. 753 (1175) / Propio o Lecc. II, p. 1071 (ed. 2019) O*

Otros santos: Nereo, Aquileo y Pancracio de Roma, mártires. Beato Luis Ceferino Moreau, obispo y fundador.

Se tributa a santa María Virgen el título de Madre de la Iglesia, ya que ella misma, habiendo engendrado a Cristo, Cabeza de la Iglesia, antes de que el Hijo entregara el espíritu en la cruz, también fue hecha madre de los redimidos.
El santo Papa Pablo VI confirmó solemnemente ese mismo apelativo en la alocución a los Padres del Concilio Vaticano II, el día 21 de noviembre de 1964, y estableció que "de ahora en adelante la Madre de Dios sea honrada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título".

MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA
Gén 3,9-15.20; Sal 86; Jn 19, 25-34

Las lecturas de hoy son marcadas por dos personajes fuertemente contrastantes. Por un lado, el Génesis introduce a la serpiente, que fue, en la antigüedad, uno de los símbolos más siniestros de la hostilidad contra Dios. El resultado de sus obras es el egoísmo. Efectivamente, su preocupación con el fruto del árbol refiere a la "ciencia del bien y del mal", una expresión que describe la actitud egoísta de ser dueño de la decisión última (2 Sam 14, 17; 1 Re 3,9; Ecl 12, 14). En contraste, el Evangelio introduce la figura de María, Madre de Jesús. Generosa y fiel a su hijo hasta la cruz, acepta su entrega de Juan, símbolo de la Iglesia, como el nuevo objeto de su amor materno y testifica el derrame de su sangre y agua, también símbolos de la Iglesia, creada por la Eucaristía y el Bautismo.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Hech 1. 14

Los discípulos perseveraban unánimes en la oración junto con María, la Madre de Jesús.

ORACIÓN COLECTA

Dios, Padre de misericordia, cuyo Unigénito, clavado en la cruz, proclamó como Madre nuestra a su propia Madre, María santísima, concédenos, por su cooperación amorosa, que tu Iglesia, siendo cada día más fecunda, se alegre por la santidad de sus hijos y atraiga a su seno a todas las familias de los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Madre de todos los vivientes.

Del libro del Génesis: 3, 9-15. 20 *(Lecc. III, p. 312)

Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde estás?". Este le respondió: "Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí". Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?".
Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?". Repuso la mujer: "La serpiente me engañó y comí".
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón".
El hombre le puso a su mujer el nombre de "Eva", porque ella fue la madre de todos los vivientes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

O bien:

Perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús.

Del libro de los Hechos de los apóstoles: 1, 12-14 *(Lecc. III, p. 625)

Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los apóstoles regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista de la ciudad lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron al piso alto de la casa donde se alojaban, Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago (el hijo de Alfeo), Simón el cananeo y Judas, el hijo de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús, con los parientes de Jesús y algunas mujeres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 86 (87), 1-2. 3-5. 6-7.
R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su templo. Tú eres más querida para Dios que todos los santuarios de Israel. De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. R/.
De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. Egipto y Babilonia adorarán al Señor; los filisteos, con Tiro y Etiopía, serán como tus hijos. R/.
Y de ti, Jerusalén, afirmarán: "Todos los pueblos han nacido en ti y el Altísimo es tu fortaleza". R/.
El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo, convertido en ciudadano tuyo; y todos los pueblos te cantarán, bailando: "Tú eres la fuente de nuestra salvación". R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

¡Dichosa, oh Virgen, que engendraste al Señor, dichosa, oh Madre de la Iglesia, que mantienes encendido en nosotros el Espíritu de tu Hijo Jesucristo!

EVANGELIO

Ahí está tu hijo. Ahí está tu madre.

Del santo Evangelio según san Juan: 19, 25-27 *(Lecc. III, p. 617)

En aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: "Mujer, ahí está tu hijo". Luego dijo al discípulo: ''Ahí está tu madre". Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, nuestras ofrendas y conviértelas en sacramento de salvación, por cuya eficacia y por la intervención amorosa de la santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, nos llenemos de santo fervor y merezcamos quedar más íntimamente asociados, con ella, a la obra de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO: María, modelo y Madre de la Iglesia.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, y alabarte en esta conmemoración de la Virgen María. Porque ella, al aceptar tu Palabra en su corazón inmaculado, mereció concebida en su seno virginal y, al dar a luz a su Creador, preparó el nacimiento de la Iglesia. Porque ella, al aceptar junto a la cruz el encargo de tu amor, recibió como hijos a todos los hombres, redimidos por la sangre de Cristo. Porque ella, al unirse a las oraciones de los Apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Santo prometido, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante. Y, desde su asunción gloriosa al cielo, sigue mostrando su amor a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria del cielo, hasta que venga el Señor, lleno de gloria. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos sin cesar, diciendo: Santo, Santo, Santo ...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Hubo unas bodas en Caná de Galilea a las que asistió María, la Madre de Jesús. En esa ocasión, Jesús dio principio a sus milagros, manifestó su poder y sus discípulos creyeron en él.

O bien:

Desde la cruz, Cristo dijo al discípulo amado: He ahí a tu Madre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido esta prenda de redención y vida, te suplicamos, Señor, que tu Iglesia, por la ayuda maternal de la santísima Virgen, instruya a todas las naciones, anunciándoles el Evangelio, y llene al mundo entero con la efusión de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.