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DOMINGO 3

La Epifanía del Señor

El Santísimo Nombre de Jesús

Blanco, Solemnidad Misa del día MR, p. 169 (189) / Lecc. I, p. 456; LH, de la solemnidad.

Otros santos: Ciriaco Elías Chavara, presbítero y fundador; Genoveva de París, virgen; Antero, XIX Papa

UN ECUMENISMO AMPLIO
Is 60, 1-6; Sal 7; 1 Ef 2, 3.5-6; Mt 2,1-12

El profeta Isaías no se cierra dentro de un judaísmo estrecho sino que se revela abierto y ecuménico: "caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu alborada (v. 3)". El llamado tercer Isaías es muy sensible a los grandes horizontes de fe y de esperanza, como lo atestigua la célebre proclamación profética del capítulo 61, que leen en clave mesiánica tanto el judaísmo como Jesús (Lc 4, 18-19). Tal actitud sigue exhibiéndose en el Evangelio de Mateo por medio de los magos. Son extranjeros, provenientes de un Oriente lejano y, al mismo tiempo, protagonistas de la narración de la estrella de Belén. Sólo ellos logran distinguida del resto de las estrellas e interpretar su significado. En síntesis, las lecturas hablan de un ecumenismo amplio, no sólo entre cristianos, sino entre la fe cristiana y las otras religiones.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. M13, 1; 1 Cro 19, 12

Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino y la potestad y el imperio.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

La gloria del Señor alborea sobre ti.

Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6

Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira:
las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 71, 2.7-8.10-11.12-13.

R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
Los reyes de Occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.

SEGUNDA LECTURA

También los paganos participan de la misma herencia que nosotros.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3a. 5-6

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 2, 2
R/. Aleluya, aleluya.

Hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/.

EVANGELIO

Hemos venido de Oriente para adorar al rey de los judíos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo". Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

En los lugares donde se acostumbre, pueden anunciarse, después del Evangelio, las fiestas movibles del año en curso de acuerdo con el formulario que propone el MR, en la p. 1339 (1329).

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria:
Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones,roguemos al Señor.
Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas, roguemos al Señor.
Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero, roguemos al Señor.
Por nosotros que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del Evangelio, roguemos al Señor.
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio de la Epifanía, MR, p. 496 (492).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 2, 2

Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNION

Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, M R, p. 605 (600).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Nuestra nación no ha tenido siempre una relación serena con "el otro" religioso. Desde la Conquista, con
la extirpación de las religiones indígenas, hasta la actualidad, marcada por las sectas encerradas en sus ideas, nuestra nación no siempre ha sabido relacionar muy bien la fe cristiana con las demás religiones. En contraste, el papa Francisco se ha mostrado abierto a los demás, desde sus días como arzobispo de Buenos Aires cuando integró a algunos rabinos entre sus amigos, hasta sus iniciativas papales hacia los musulmanes e incluso hacia los ateos. No se trata de un teocentrismo vago, que no toma en serio las religiones pasando por alto las diferencias notables entre ellas, ni de un relativismo fácil, que pareciera no conocer la verdad. Se trata del amor hacia "el otro". Quizá hoy podemos reflexionar sobre nuestro actuar ecuménico en el sentido más amplio.