MIÉRCOLES 7
Nuestra Señora del RosarioBlanco MR, p. 851 (840) / Lecc. II, p. 876
Otros santos: Justina de Padua, virgen y mártir. Beato José Llosá Balaguer, presbítero de la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores y mártir.
El 7 de octubre de 1571, el Occidente fue salvado de la amenaza turca, mediante la victoria de los cristianos en la batalla naval de Lepanto. Dicha victoria se atribuyó al rezo del rosario. Este hecho histórico se nos ha convertido ya en algo remoto. La Iglesia nos invita a descubrir en el rosario el sitio que ocupa la santísima Virgen en el misterio de la salvación y a saludar a la Madre de Dios con el saludo del ángel, “Ave María".
LOS TITUBEOS Y LA FIRMEZA
Gál 2, 1-2. 7-14; Lc 11,1-4
Este incidente que nos refiere San Pablo es el registro de un desencuentro entre dos apóstoles de personalidades e historias de vida muy dispares. Pedro era un hombre de horizonte estrecho, acostumbrado a seguir a pie juntillas la tradición y las convicciones religiosas arraigadas en Israel. San Pablo era un creyente cosmopolita, un intelectual que hablaba varias lenguas y que podía descifrar con gran habilidad el sentido de las Escrituras. Cuando el apóstol nacido en Tarso comprendió que la fe en Jesucristo relativizaba muchos de los usos y costumbres del judaísmo, no dudó en defender la nueva libertad cristiana. Comprendió en toda su amplitud el alcance de la fe en Cristo Jesús. Ya no había judío y gentil, puro e impuro, sino una sola condición, la de discípulos de Jesucristo, llamados a servir a los hermanos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 1, 28. 42
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, y con la intercesión de la santísima Virgen María, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Reconocieron la gracia que me había sido dada.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 2, 1-2. 7-14
Queridos hermanos: Después de catorce años volví de nuevo a Jerusalén con Bernabé y también con Tito. Regresé porque Dios me lo había revelado. Ahí, en una reunión privada con los dirigentes, les expuse el Evangelio que predico a los paganos. Hice esto para que mis trabajos pasados y presentes no resultaran inútiles.
Todos reconocieron que yo había recibido la misión de predicar el Evangelio a los paganos, como Pedro había recibido la de predicarlo a los judíos. Porque aquel Que le dio poder a Pedro para ejercer el apostolado entre los judíos, me lo dio a mí para ejercerlo entre los paganos.
Así pues, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados como las columnas de la Iglesia, reconocieron la gracia que Dios me había dado y nos dieron la mano a Bernabé y a mí, en señal de perfecta unión y para expresar su acuerdo de que nosotros nos dirigiéramos a los paganos y ellos a los judíos. Lo único que nos pidieron fue que nos preocupáramos por los pobres, cosa que he procurado cumplir con solicitud.
Más tarde, cuando Pedro fue a Antioquía, yo me le enfrenté, porque era digno de reprensión. En efecto, antes de que llegaran algunos judíos enviados por Santiago, Pedro solía comer con los paganos convertidos; pero después empezó a apartarse de ellos por temor a los judíos recién llegados. Los demás judíos convertidos imitaron su ejemplo, tanto que hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por aquella conducta contradictoria.
Entonces, cuando vi que Pedro no procedía rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, le dije delante de todos: "Si tú, que eres judío, vives como un pagano y no como un judío, ¿por qué quieres ahora obligar a los paganos convertidos a que vivan como judíos?". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 116,1.2
R/. Bendito sea el Señor.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Rm 8, 15
R/. Aleluya, aleluya.
Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre! R/.
EVANGELIO
Señor, enséñanos a orar.
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 1-4
Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos".
Entonces Jesús les dijo: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Haz, Señor, que los dones que te presentamos nos dispongan debidamente y que recordemos de tal manera los misterios de tu Unigénito, que nos hagamos dignos de sus promesas. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio I- V de santa María Virgen. pp. 531-535, (527-531).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 1, 31
El ángel Gabriel dijo a María: Vas a concebir y dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, quienes en este sacramento anunciamos la muerte y resurrección de tu Hijo, asociados a su pasión, merezcamos también gozar de su consuelo y participar de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.