SEPTIEMBRE 2020
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JUEVES 10

Verde / Blanco Feria, Misa Votiva de la sagrada Eucaristía MR p. 1174 (1164) / Lecc. II, p. 780

Otros santos: San Nicolás de Tolentino, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín. Beatos: Leoncio Arce Urrutia, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir; Santiago Gagnot, presbítero de la Orden de los Carmelitas Descalzos y mártir.

LA AUTOCONTENCIÓN
1 Cor 8, 1-13; Lc 6, 27-38

as dos lecturas nos orientan para tomar decisiones en el marco de la vida cristiana. Tanto la exhortación evangélica que nos ofrece san Lucas, encaminada a contener los impulsos violentos y vengativos como la instrucción que ofrece san Pablo a los corintios relativa a la participación en banquetes festivos en los templos dedicados a los ídolos, son pertinentes para guiar nuestra vida. San Pablo recomienda limitar o ensanchar el ejercicio de la propia libertad personal en base al daño o beneficio que se pueda derivar hacia los hermanos de conciencia más estrecha. La libertad nunca es absoluta, está afectada por el respeto a la vida de los hermanos. En el exhorto a vivir la reconciliación, la solidaridad con los extraños y los enemigos que nos regala san Lucas, también encontramos el mismo criterio: el proceder de Dios que es desmedidamente generoso y compasivo con los malos y los malagradecidos.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25

Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Haciendo daño a la conciencia de sus hermanos, pecan ustedes contra Cristo.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 8,1-13

Queridos hermanos: Ya sé que todos ustedes conocen lo que está permitido con respecto a la carne inmolada a los ídolos. Pero, ¡cuidado!, porque el puro hecho de conocer, llena de soberbia; el amor, en cambio, hace el bien.
Y si alguno piensa que ese conocimiento le basta, no tiene idea de lo que es el verdadero conocimiento.
Pero aquel que ama a Dios, es verdaderamente conocido por Dios. Ahora bien, con respecto a comer la carne ofrecida a los ídolos, sabemos que un ídolo no representa nada real y que no hay más que un solo Dios. Pues, aun cuando se hable de dioses del cielo y de la tierra, como si hubiera muchos dioses y muchos señores, sin embargo, para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y es nuestro destino, y un solo Señor Jesucristo, por quien existen todas las cosas y por el cual también nosotros existimos.
Mas no todos saben esto. Pues algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, siguen comiendo la carne como si estuviera consagrada a los ídolos, y puesto que su conciencia está poco formada, pecan. No es, ciertamente, la comida lo que nos hará agradables a Dios, ni vamos a ser mejores o peores por comer o no comer.
Pero tengan cuidado de que esa libertad de ustedes no sea ocasión de pecado para los que tienen la conciencia poco formada. Porque si a ti, que sabes estas cosas, te ve alguien sentado a la mesa en un templo de los ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que está poco formada, a comer de lo sacrificado a los ídolos?
Entonces, por culpa de tu conocimiento haces que se pierda el hermano que tiene la conciencia poco formada, por quien murió Cristo. De esta manera, al pecar ustedes contra sus hermanos, haciendo daño a su conciencia poco formada, pecan contra Cristo. Por lo tanto, si un alimento le es ocasión de pecado a mi hermano, nunca comeré carne para no darle ocasión de pecado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 138, 1-3. 13-14ab. 23-24.
R/. Señor, no dejes que me pierda.

Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno. Te doy gracias por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R/.
Examíname, Dios mío, para conocer mi corazón, ponme a prueba para conocer mis sentimientos, y si mi camino se desvía, no dejes que me pierda. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Jn 4, 12
R/. Aleluya, aleluya.

Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. R/.

EVANGELIO

Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.

Del santo Evangelio según san Lucas: 6,27-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ''Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá Eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.