SÁBADO 22
Nuestra Señora María ReinaBlanco Memoria MR, p. 816 (806) / Lecc. II, p. 718 LH, Vísperas I del domingo: la. Semana del Salterio Tomo IV: pp. 671 Y 121; Para los fieles: pp. 472 y 411; Edición popular: pp. 13 Y 476
Otros santos: Juan Wall, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir. Beatos: Symeon Lukac, obispo greco-católico y mártir; Bernardo de Offida, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos.
En cuerpo y alma gloriosos, la Virgen María aparece en la Asunción como el logro supremo de la redención. Pero ella, que es toda hermosa, también es la Madre de aquel "cuyo Reino no tendrá fin". Por este motivo, desde hace muchos siglos, el pueblo cristiano la aclama por
Reina suya, soberana y medianera de la gracia.
LA GLORIA DE DIOS
Ez 43,1-7, Mt 23, 1-12
Al comienzo del libro de Ezequiel, el profeta nos narra la experiencia fundante que dio origen a su misión profética. El joven sacerdote atestiguó la partida de la gloria de Dios, que salía del templo y lo convertía apenas en un montón de piedras y maderos. El ciclo de la desgracia se cierra en este capítulo cuando Ezequiel asiste a un evento esperanzador, el regreso de la gloria de Dios. Jerusalén volverá a quedar llena de la santa presencia, Dios residirá como soberano en medio de su pueblo. Los hijos de Israel le servirán de corazón, sin volver a confiar en ídolos engañosos. Por su parte, el Evangelio de san Mateo nos actualiza el perfil de una verdadera comunidad de creyentes, atenta a la voluntad de Dios: es una comunidad que vive congruentemente, practicando lo que enseña; además, ejerce una autoridad discreta, que no rinde culto a la personalidad de sus dirigentes, sino que reserva su respeto absoluto exclusivamente para el Padre del cielo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 44, 10
De pie a tu derecha está la Reina, vestida de oro y de brocados.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que constituiste Madre y Reina nuestra a la Madre de tu Hijo, concédenos en tu bondad que, apoyados en su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La gloria del Señor penetró en el templo.
Del libro del profeta Ezequiel: 43, 1-7
En aquellos días, un ángel me llevó a la puerta del templo, que da hacia el oriente, y vi que la gloria del Señor venía del oriente. Se oía un ruido como el estruendo de un río caudaloso y la tierra resplandecía con el fulgor de la gloria de Dios. Esta visión me recordó la que tuve cuando el Señor vino a destruir la ciudad y la que había tenido junto al río Kebar. Y caí rostro en tierra.
La gloria del Señor penetró en el templo por la puerta que da al oriente. El espíritu me levantó y me llevó al atrio interior y vi que la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces oí que alguien me hablaba desde el templo, y el hombre que estaba junto a mí me dijo: "Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo las plantas de mis pies. Aquí habitaré para siempre con los hijos de Israel". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 84, 9ab. l0. 11-12. 13-14.
R/. El Señor habitará en la tierra.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 23, 9.10
R/. Aleluya, aleluya.
Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.
Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de la santísima Virgen María, y concédenos que nos socorra la bondad de tu Hijo Jesucristo, que quiso ofrecerse a ti por nosotros en la cruz, como víctima inmaculada. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de santa María Virgen, I-V, pp. 531-535 (527-531).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 1 45
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Después de recibir el sacramento celestial, te suplicamos, Señor, que, cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar en el banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.