MARTES 11
Blanco Memoria de Santa Clara, virgen MR, p. 767 (794) / Lecc. II, p. 672
Otros santos: Alejandro "el Carbonero", obispo y mártir; Susana de Roma, virgen y mártir.
Apenas a los 18 años, suplicó al hermano Francisco de Asís que le permitiera compartir su vida. Así pues, se encerró en una casa en ruinas, cerca de la Iglesia de San Damián, junto a la entrada de Asís. Su hermana Inés y otras jovencitas se le unieron para vivir en una absoluta pobreza. Ellas fueron las primeras Franciscanas.
CÁLCULOS SORPRENDENTES
Ez 2,8-3,4; Mt 18,1-5. 10. 12-14
A través de la imagen evangélica de la oveja perdida podemos reflexionar sobre la brecha existente entre los criterios de Dios y los criterios humanos. La lógica de las cifras, el interés por la cantidad y la magnitud de los logros nos encandila. Mientras más dígitos tenga una cuenta bancaria más seguros nos sentimos. La economía divina sigue otros rumbos, más orientados a la grandeza y el valor único de cada persona. Dios no se encandila por el tamaño de las cifras. Una oveja vale tanto como cien ovejas. El amor de Dios tiene sus preferencias. Dios se conmueve ante la debilidad y la pequeñez. Como Padre compasivo que es no trata de la misma manera a los fuertes que a los débiles. Se desvive por atender el llamado de los pequeños, que han quedado atrapados por el sufrimiento y la fragilidad humana. Esta convicción creyente nos anime a ser solidarios con los pequeños.
Del Común de vírgenes: para una virgen, p. 960 (952).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que misericordiosamente condujiste a santa Clara al amor por la pobreza, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo a Cristo en pobreza de espíritu, merezcamos llegar a contemplarte en el reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Me dio a comer el libro y me supo dulce como la miel.
Del libro del profeta Ezequiel: 2, 8-3, 4
Esto dice el Señor: "Hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte y no seas rebelde como la casa rebelde. Abre la boca y come lo que voy a darte". Vi entonces una mano tendida hacia mí, con un libro enrollado. Lo desenrolló ante mí: estaba escrito por dentro y por fuera; tenía escritas lamentaciones y amenazas. Y me dijo: "Hijo de hombre, come lo que tienes aquí; cómete este libro y vete a hablar a los hijos de Israel".
Abrí la boca y me dio a comer el libro, diciéndome: "Hijo de hombre, alimenta tu vientre y sacia tus entrañas con este libro que te doy". Me lo comí y me supo dulce como la miel. Y me dijo: "Hijo de hombre, anda; dirígete a los hijos de Israel y diles mis palabras". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118,14.24.72.103.111.131.
R/. Tus mandamientos, Señor, son mi alegría.
Me gozo más cumpliendo tus preceptos que teniendo riquezas. Tus mandamientos, Señor, son mi alegría; ellos son también mis consejeros. R/.
Para mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata. ¡Qué dulces al paladar son tus promesas! Más que la miel en la boca. R/.
Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón. Hondamente suspiro, Señor, por guardar tus mandamientos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 11, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. R/.
EVANGELIO
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños.
Del santo Evangelio según san Mateo: 18,1-5.10.12-14
En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?".
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: "Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De
igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al proclamar, Señor, tu obra admirable en la santa virgen Clara, suplicamos humildemente a tu majestad que, así como te agradaron sus méritos, así también te sea aceptable el desempeño de nuestro servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 25, 6
Ya viene el esposo; salgan al encuentro de Cristo, el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por la participación de este divino don, te rogamos, Señor Dios nuestro, que, a ejemplo de santa Clara y llevando a nuestro cuerpo los padecimientos de Jesús, nos esforcemos por adherirnos sólo a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.