DOMINGO 7
La Santísima TrinidadBlanco Solemnidad, MR, p. 449 (445) / Lecc. II, p. 95
Otros santos: Roberto de Newminster, abad cisterciense; Antonio María Gianelli, obispo y fundador. Beata Ana de San Bartolomé, religiosa de la Orden de Carmelitas Descalza.
MISERICORDIOSO Y FIEL
Ex 34,4-6.8-9,2 Cor 13,11-13; Jn 3,16-18
Esta hermosa presentación que el Señor hace de sí mismo a Moisés es un referente fundamental para comprender el misterio de Dios. La enumeración de adjetivos del campo de la misericordia es notable. Dios es el compasivo, clemente, paciente, misericordioso y fiel. La misericordia de Dios no está exenta de la justicia, que viene a ser la contraparte necesaria de la compasión divina. El Dios que se alegra al perdonar no puede volverse cómplice de los malvados que pisotean a los débiles. Tiene que dar la cara por sus hijos pequeños. En el Evangelio de san Juan, el Señor Jesús se concibe a si mismo como el Hijo enviado por el Padre para salvar al mundo. Creer en Jesús implica adherirse a su estilo de vida. Quien aprenda a vivir como Jesús vivió no tendrá de que afligirse. Ha comenzado a vivir su condición de criatura salvada por el amor de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente.
Del libro del Éxodo: 34, 4-6. 8-9
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, llevando en la mano las dos tablas de piedra, como le había mandado el Señor. El Señor descendió en una nube y se le hizo presente. Moisés pronunció entonces el nombre del Señor, y el Señor, pasando delante de él, proclamó: "Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel".
Al instante, Moisés se postró en tierra y lo adoró, diciendo: "Si de veras he hallado gracia a tus ojos, dígnate venir ahora con nosotros, aunque este pueblo sea de cabeza dura; perdona nuestras iniquidades y pecados, y tómanos como cosa tuya". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Daniel 3, 52. 53. 54. 55. 56.
R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 13,11-13
Hermanos: Estén alegres, trabajen por su perfección, anímense mutuamente, vivan en paz y armonía. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes. Salúdense los unos a los otros con el saludo de paz. Los saludan todos los fieles. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGEUO Cfr. Apoc 1, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá. R/.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salvara por él.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 16-18
"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros respondiendo: Santísima Trinidad, escúchanos. (R/. Santísima Trinidad, escúchanos.)
Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor.
Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.
Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.
Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Padre fiel y misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Unigénito y quisiste que tu Espíritu fuera para nosotros principio de vida, constructor de unidad y fuente de amor, escucha nuestras oraciones, fortalece nuestra fe e inspíranos sentimientos de paz y de esperanza para que, reunidos en la comunión de tu Iglesia, bendigamos siempre tu nombre glorioso y santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El misterio de la Santísima Trinidad.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ga 4, 6
Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- No resulta complicado explicar la misericordia de Dios. Cuando se habla del Dios misericordioso en calidad de creyente, no se puede permanecer indiferente. Es necesario definirse, viviendo en sintonía con la misericordia. Cuando reflexionamos en el océano de violencia y brutalidad que salpica a tantos hogares y familias de nuestro país, nos quedamos desconcertados al pensar que admitimos pertenecer a la comunidad de los bautizados en el nombre de Jesucristo. La práctica de la violencia es incompatible con la fe en el Dios misericordioso. No podemos excusarnos de nuestra indiferencia, el predominio del mal avanza porque ni los cristianos de a pie, ni los gobernantes de allá arriba tenemos la entereza y la determinación de poner un límite. Ningún solitario Quijote podrá enfrentar a los delincuentes. La sociedad, el gobierno y el Estado tenemos que sumarnos, porque va de por medio la vida de todos.