DOMINGO 14

Verde Domingo XI de Tiempo Ordinario MR p. 425 (421) / Lecc. II. P. 18

Otros santos: Eliseo, profeta; Anastasio, Félix y Digna de Córdoba, mártires. Beata Francisca de Paula de Jesús “Nhá Chica”, laica.

EL DIOS AMIGO DE SU PUEBLO
Ex 19,2-6, Rom 5, 6-11; Mt 9,36-10,8

El libro del Éxodo nos comparte la oferta de alianza que Dios propone a Israel. Los israelitas dicen estar dispuestos a cumplir los mandatos que el Señor les imponga. El Señor por su parte se compromete a cuidar de su pueblo con esmero. La protección que Dios ofrece no exenta al creyente de las respectivas responsabilidades éticas. Dios se desvive por atender a sus hijos porque los ama. Se solidariza con la desgracia de un pueblo sometido a esclavitud por los egipcios. Dios no es indiferente al sufrimiento de sus hijos. El Evangelio nos recuerda que la compasión de Dios se tiene que concretar a través de personas sensibles, que hagan suya la causa de los débiles. Jesús ordena a sus discípulos atender a las necesidades de las mujeres y los hombres lastimados por la enfermedad y la pobreza. El Reino de Dios que está llegando tendrá que mejorar la condición de los desfavorecidos.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 7. 9

Oye, Señor, mi voz y mis clamores. Ven en mi ayuda, no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, fortaleza de los que en ti esperan, acude bondadoso, a nuestro llamado y puesto que sin ti nada puede nuestra humana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia, para que, en cumplimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con nuestros deseos y acciones. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Serán para mí un reino de sacerdotes y una nación consagrada.

Del libro del Éxodo: 19, 2-6

En aquellos días, el pueblo de Israel salió de Refidim, llegó al desierto del Sinaí y acampó frente al monte. Moisés subió al monte para hablar con Dios. El Señor lo llamó desde el monte y le dijo: "Esto dirás a la casa de Jacob, esto anunciarás a los hijos de Israel: 'Ustedes han visto cómo castigué a los egipcios y de qué manera los he levantado a ustedes sobre alas de águila y los he traído a mí. Ahora bien, si escuchan mi voz y guardan mi alianza, serán mi especial tesoro entre todos los pueblos, aunque toda la tierra es mía. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación consagrada' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 99, 2. 3. 5.
R/. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo. R/.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R/.

SEGUNDA LECTURA

Si la muerte de Cristo nos reconcilió con Dios, mucho más nos reconciliará su vida.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 6-11

Hermanos: Cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.
Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, con mucha más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 1. 15
R/. Aleluya, aleluya.

El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio. R/.

EVANGELIO

Jesús envió a sus doce apóstoles con instrucciones.

Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 36-10, 8

En aquel tiempo, al ver Jesús a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas
Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: "No vayan a tierra de paganos ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, al Señor que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres, diciendo: Señor Jesús, escúchanos. (R/. Señor Jesús, escúchanos.)
Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo, roguemos al Señor.
Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Oremos también por los que están lejos de su hogar. para Que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias y la realización plena de los proyectos de su viaje, roguemos al Señor.
Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco (pastor) que nos preside, para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siembre agradables, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has elegido como reino de sacerdotes, propiedad personal y nación santa y has querido que seamos signo visible de la nueva realeza de tu reino, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos vivir en plena unión contigo, tanto en el sacrificio de alabanza como en el servicio a nuestros hermanos, para que así lleguemos a ser delante de los hombres anunciadores y testigos del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta ayuda para el cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 26, 4

Una sola cosa he pedido y es lo único que busco, habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.

O bien: Jn 17, 11

Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado, para que, como nosotros, sean uno, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN

Señor, que esta santa comunión, que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti, así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Las estadísticas deberían asustamos, pero ya ni siquiera ese efecto se materializa en nuestra sociedad. ¡Diez mujeres asesinadas diariamente en nuestro país! Ejecuciones por decenas. Parecemos un pueblo obsesionado con la muerte, la sangre y el sacrificio. No tiene sentido recurrir a la violencia en ninguna de sus formas para resolver nuestros conflictos. El Dios de la vida se entrega sin condiciones en la persona de Jesucristo, que vive para atender a las ovejas desvalidas. Con esa entrega nos señala el rumbo por dónde tenemos que caminar. La protección, el cuidado, la defensa de la vida en todas sus formas es una exigencia fundamental, que conviene asimilar como un gesto del verdadero discípulo de Jesús. El Evangelio nos presenta al Señor Jesús sensible al desamparo de las personas. No hay mayor debilidad que las amenazas que se materializan y arrancan la vida a tantas víctimas inocentes.