SÁBADO 6

Blanco Fiesta de La Transfiguración del Señor

MR, p. 800 (788) / Lecc. II, p. 1098

Otros santos: Justo y Pastor, niños mártires. Beatos: María Francisca de Jesús Rubatto, virgen fundadora; Tadeo Dulny, seminarista y mártir.

Por medio de la Transfiguración, el Señor quiere preparar el corazón de sus discípulos para que superen el escándalo de la cruz. Pero esta fiesta es, además, un anuncio de la adopción maravillosa que nos hace hijos de Dios en Jesucristo y del resplandor con que un día brillará todo el cuerpo de la Iglesia.

TU PALABRA ES LÁMPARA PARA MIS PASOS
2 Pe, 1, 16-19; Sal 96; Lc 9,28-36

Durante los momentos oscuros, todos necesitamos signos que nos ayuden a seguir caminando hacia adelante. Así fue el episodio de la transfiguración de Jesús para sus discípulos. Esta narrativa lucana, repetida en Marcos 9, 14-21 y Mateo 17, 14-21, quizá fue inserta por los evangelistas en medio del ministerio de Cristo como una previsión esperanzadora de la resurrección necesitada por ellos, ya que iban a sorprenderse por la pasión de Cristo. Dicho episodio de la segunda carta de Pedro nos da esperanza también a nosotros, pero de otra manera. Es un hecho del cual Pedro se presenta como testigo presencial y que confirma la validez de las profecías que prefiguraron al Mesías. Así confirmadas, las profecías -y toda la Escritura- pueden ser para nosotros lámparas que iluminan nuestra noche, hasta que despunte el sol.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 17. 5

Apareció el Espíritu Santo en una nube luminosa y se oyó la voz del Padre celestial que decía: Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en la Transfiguración gloriosa de tu Unigénito fortaleciste nuestra fe con el testimonio de los profetas y nos dejaste entrever la gloria que nos espera, como hijos tuyos, concédenos escuchar siempre la voz de tu Hijo amado, para llegar a ser coherederos de su gloria. El, que vive y reina contigo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Nosotros escuchamos esta voz venida del cielo.

De la segunda carta del apóstol san Pedro: 1,16-19

Hermanos: Cuando les anunciamos la venida gloriosa y llena de poder de nuestro Señor Jesucristo, no lo hicimos fundados en fábulas hechas con astucia, sino por haberlo visto con nuestros propios ojos en toda su grandeza. En efecto, Dios lo llenó de gloria y honor, cuando la sublime voz del Padre resonó sobre él, diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien yo me complazco". Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo, mientras estábamos con el Señor en el monte santo.
Tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la que con toda razón ustedes consideran como una lámpara que ilumina en la oscuridad, hasta que despunte el día y el lucero de la mañana amanezca en los corazones de ustedes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 96,1-2.5-6.9.
R/. Reina el Señor, alégrese la tierra.

Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor que se asienta en la justicia y el derecho. R/.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.
Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 17, 5
R/. Aleluya, aleluya.

Éste es mi Hijo muy amado, dice el Señor, en quien tengo puestas todas mis complacencias; escúchenlo. R/.

EVANGELIO

Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto.

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 28-36

En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías", sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo". Cuando cesó la voz, se quedó Jesús solo.
Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, las ofrendas que te presentamos en la gloriosa Transfiguración de tu Unigénito, y límpianos de las manchas del pecado con el resplandor de tu luz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO: El misterio de la Transfiguración.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor nuestro.
Porque él reveló su gloria ante los testigos que había elegido, y revistió su cuerpo, semejante al de todos los hombres, de un extraordinario esplendor, para apartar del corazón de sus discípulos el escándalo de la cruz, y manifestar que se cumpliría en la totalidad del cuerpo de la Iglesia lo que brilló admirablemente en él mismo, su cabeza. Por eso, con todos los ángeles, te alabamos por siempre en la tierra, aclamándote sin cesar: Santo, Santo. Santo ...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Jn 3, 2

Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que el alimento celestial que hemos recibido, nos transforme a imagen de aquel cuyo esplendor quisiste manifestar en su gloriosa Transfiguración. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.