MIÉRCOLES 2

Verde / Rojo De Feria, Misa por la familia, o santos Marcelino y Pedro, mártires* MR, p. 1113 (1105) / Lecc. II, p. 402

Otros santos: Beato Joseph Thao Tien, sacerdote y protomártir de Laos.

DISCUTIENDO CON LOS BURLONES
Tob 3, 1-11. 16-17; Sa1 24; Mc 12, 18-27

Marcos nos muestra la pequeña pero poderosa facción de los saduceos, quienes rechazaban la idea de la resurrección como también de la inmortalidad del alma. Era gente que se creía realista y objetiva. En nuestro relato, intentan poner a Jesús en ridículo ante el pueblo, impulsando hasta el absurdo sus ideas sobre la resurrección. La anécdota de la mujer de los siete maridos tenía que ver con la antigua ley del "levirato" o del matrimonio con el cuñado (Deut 25, 5-6). Jesús les contesta utilizando las mismas Escrituras aceptadas por ellos pero saliendo de la maraña ridícula que tramaron, tomando una perspectiva más seria y dirigiéndose al punto principal, el Dios de la vida. Así, Jesús nos enseña cómo discutir con personas que se burlan de nuestra fe: buscar puntos en común y evitar la trampa de perspectivas estériles.

ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 6, 2-3

Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que lleva consigo esta promesa: Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, ya que en tu designio tiene su sólido fundamento la familia, atiende misericordiosamente las súplicas de tus siervos y concédenos que, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de tu Hijo Unigénito en el don de su amor y en sus virtudes domésticas, disfrutemos de la eterna recompensa, en la alegría de tu casa.
Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Dios de la gloria escuchó las súplicas de Sara y de Tobit.

Del libro de Tobías: 3, 1-11.16-17

En aquellos días, Tobit, profundamente afligido, oró entre sollozos, diciendo: "Señor, tú eres justo y tus obras también son justas. Siempre procedes con misericordia y lealtad. Tú eres el juez del mundo. Acuérdate de mí, Señor, y ten piedad de mí. No me castigues por mis pecados, no tomes en cuenta mis faltas ni las de mis padres. Porque desobedecimos tus mandatos nos entregaste al saqueo, al destierro y a la muerte; nos hiciste objeto de las murmuraciones, las burlas y el desprecio de las naciones entre las cuales nos dispersaste. Señor, tu castigo es verdaderamente justo, porque ni mis padres ni yo hemos cumplido tus mandamientos ni hemos sido leales contigo.
Haz de mí lo que quieras, Señor: quítame la vida, hazme desaparecer y volver al polvo, pues más me vale morir que vivir, porque me han llenado de insultos y estoy hundido en la tristeza. Líbrame ya, Señor, de esta desgracia, envíame al descanso eterno y no te alejes de mí. Pues más me vale morir que vivir sufriendo tantas desgracias y escuchando tantos insultos".
Aquel mismo día, Sara, la hija de Ragüel, que vivía en la ciudad de Ecbatana, en la provincia de Media, tuvo que soportar los insultos de una esclava de su padre, porque Sara se había casado siete veces y Asmodeo, el malvado demonio, había matado a todos sus maridos, apenas se acercaban a ella. Así pues, la esclava le dijo: "¡Tú eres la que estrangulas a tus maridos!
Te has casado con siete y no has disfrutado a ninguno. ¿Por qué te desquitas con nosotras por la muerte de tus esposos? Vete a donde están ellos y que nunca veamos ni un hijo ni una hija tuyos". Sara se entristeció tanto, que comenzó a llorar y subió al segundo piso de su casa, con intención de ahorcarse. Pero reflexionó: "No lo haré, no vaya a ser que la gente insulte a mi padre, diciéndole que su hija única, tan querida, se ahorcó de dolor y sea yo así la causa de que mi padre se muera de tristeza. Más vale que no me ahorque, sino que le pida al Señor que me envíe la muerte, para que no tenga que escuchar ya tantos insultos durante mi vida". Entonces levantó sus manos hacia el cielo e invocó al Señor Dios. En aquel instante, el Dios de la gloria escuchó las súplicas de Sara y de Tobit, y envió al ángel Rafael a curarlos: a Tobit, quitándole las manchas blancas de los ojos, a fin de que pudiera ver la luz de Dios, y a Sara, hija de Ragüel, librándola del malvado demonio Asmodeo, para darla como esposa a Tobías, hijo de Tobit, pues Tobías tenía más derecho a casarse con ella que todos los que la habían pretendido.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 24, 2-4a. 4b-5ab. 6-7bc. 8-9.
R/. A ti, Señor, levanto mi alma.

A ti, Señor, levanto mi alma; mi Dios, en ti confío, no quede defraudada mi confianza ni se burlen de mí mis enemigos. R/.
Nadie que haya confiado en ti ha quedado jamás decepcionado. Quienes a Dios traicionan por los ídolos, ésos sí quedarán decepcionados. R/.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina, tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 11, 25.26
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí no morirá para siempre. R/.

EVANGELIO

Dios no es Dios de muertos sino de vivos.

Del santo Evangelio según san Marcos: 12,18-27

En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que los muertos no resucitan, y le dijeron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por mujer el hermano del que murió, para darle descendencia a su hermano. Había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió también, sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con ella y ninguno de ellos dejó descendencia. Por último, después de todos, murió también la mujer. El día de la resurrección, cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque fue mujer de los siete".
Jesús les contestó: "Están en un error, porque no entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de Moisés aquel pasaje de la zarza, en que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Están, pues, muy equivocados". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de reconciliación, te suplicamos humildemente que conserves a nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 15 49, 15

¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura? Aunque hubiera una que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre clementísimo, haz que aquellos que alimentaste con el sacramento celestial, imiten sin cesar los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito para que, después de las pruebas de esta vida, logren estar en su compañía por toda la eternidad. Por Jesucristo. nuestro Señor.

O bien:

*Memoria de los santos Marcelino y Pedro, mártires MR, pp. 761 (747) Y 925 (917)

Fueron sacrificados en la persecución de Diocleciano

El verdugo encargado de decapitarlos refirió al futuro Papa Dámaso que los obligaron a cavar sus propias sepulturas, y que ellos lo hicieron llenos de alegría.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Ahora gozan en el cielo las almas de los santos, que siguieron en la tierra las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su sangre por él, con Cristo se gozan eternamente.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que nos asistes y proteges por la gloriosa confesión de los santos mártires Marcelino y Pedro, concédenos que, siguiendo su ejemplo, progresemos y experimentemos el apoyo de su intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de estos santos mártires y a nosotros tus siervos concédenos permanecer siempre firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 22, 28-30

Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, dice el Señor, y yo les voy a dar el Reino, para que en él coman y beban a mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, que en tus santos mártires manifestaste de modo admirable el misterio de la cruz, concede, benigno, que, fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos fielmente adheridos a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.