VIERNES 5

Nuestra Señora de Copacabana, Reina de Bolivia

Verde / Rojo / Blanco Misa votiva del misterio de la santa Cruz, o Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor* MR, p. 1172 (727) / Lecc. II p. 659

Otros santos: San Oswaldo rey de Northumbria y mártir.

LA PAZ DENTRO DE LA IGLESIA
Nah 2, 1; 3.1-3.6-7; Deut 32; Mt 16,24-28

El texto de Nahún, raramente citado en la liturgia, describe la destrucción de la ciudad de Nínive, enemiga principal de Israel en el siglo 7 a. C. El profeta anticipa mentalmente los hechos mediante el anuncio que trae un heraldo. Puede parecer un texto inapropiado para la fiesta de hoy, en honor de la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Sin embargo, la violencia del texto corresponde al tenor de los tiempos cuando dicha Basílica fue reconstruida. Se trata de la época del Concilio de Éfeso (431 d. C.), que intentó poner fin a las disputas violentas entre varios partidos dentro de la Iglesia acerca de la divinidad de Cristo y la maternidad de la Virgen María. Nos recuerdan este texto y esta fiesta una verdad importante: siempre tenemos que trabajar por la paz dentro de la Iglesia.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Gál 6, 14

Que nuestro único orgullo sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en él tenemos la salvación, la vida y la resurrección, y por él hemos sido salvados y redimidos.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito sufriera la cruz para salvar al género humano, concédenos que quienes conocimos su misterio en la tierra, merezcamos alcanzar en el cielo el premio de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

¡Ay de la ciudad sanguinaria!

Del libro del profeta Nahum: 2, 1. 3; 3, 1-3. 6-7

Ya viene por el monte el mensajero de buenas noticias, que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, Judá, y cumple tus promesas, porque el malvado no te volverá a invadir, pues ha sido aniquilado. El Señor restaurará la viña de Jacob, que es el orgullo de Israel. Los invasores la habían devastado, habían destruido sus sarmientos.
En cambio, ¡ay de ti, Nínive, ciudad sanguinaria, toda llena de mentiras y despojos, que no has cesado de robar! Escucha el chasquido de los látigos y el estrépito de las ruedas, los caballos que galopan, los carros que saltan y la caballería que avanza. Mira el llamear de las espadas y el centellear de las lanzas. Contempla la multitud de heridos y los montones de muertos, la interminable cantidad de cadáveres con los que uno se tropieza.
Arrojaré inmundicias sobre ti, te deshonraré y te expondré a la vergüenza pública. Y todo el que te vea huirá de ti y dirá: "Nínive está destruida". ¿Quién tendrá compasión de ti? ¿Dónde podré encontrar alguien que te consuele?
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Deuteronomio 32, 25cd-36ab. 39abcd. 41.
R/. Yo doy la muerte y la vida.

El día de su perdición se acerca y su suerte se apresura, porque el Señor defenderá a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos. R/.
Miren que sólo yo soy Dios y no hay otro fuera de mí; yo doy la muerte y la vida, yo hiero y yo curo. R/.

Cuando afile el relámpago de mi espada y tome en mis manos la justicia, yo me vengaré del enemigo y le daré su merecido al adversario. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10
R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?

¿Del santo Evangelio según san Mateo: 16,24-28

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras. Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que este sacrificio, que en altar de la cruz borró el pecado del mundo entero, nos purifique de todas nuestras ofensas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 32

Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor nuestro, Jesucristo, fortalecidos con este alimento santo, te pedimos que conduzcas a la gloria de tu resurrección a quienes redimiste por el madero vivificante de la Cruz. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
o bien:

*Misa de la dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor MR, p. 799 (787)

Fue edificada sobre el monte Esquilino (en Roma) por el Papa Sixto III (432-440) en honor de la Madre de Jesucristo, a la cual, un año antes, el Concilio de Éfeso (431) habría proclamado "Madre de Dios". Es la primera de las Iglesias de Occidente dedicadas a santa María.

Del Común de santa María Virgen, núm 1, M R, p. 913 (905).

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Perdona, Señor, los pecados de tus siervos; y, a quienes no logramos agradarte con nuestros actos, sálvanos por la intercesión de la Madre de tu hijo. Por nuestro Señor Jesucristo ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te presentamos, para que, por la intercesión de santa María, Madre de tu Hijo, ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras súplicas quede sin respuesta. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 11. 27

Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a imitación suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.