JULIO 2022
DLMMJVS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31 

VIERNES 22

Fiesta de Santa María Magdalena

Blanco MR, p. 788 (775) / Lecc. III, p. 84

Otros santos: Felipe Evans, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir. Beato Rosalío Benito Ixchop, catequista mártir guatemalteco.

María de Magdala, pecadora perdonada por Jesús, se dedicó a servir con todo su amor. Cuando los Apóstoles huyeron, ella se mantuvo firme al pie de la cruz del Señor, junto con la santísima Virgen, Juan y algunas otras mujeres. Jesús recompensó la fidelidad de Magdalena apareciéndosele especialmente la mañana del domingo de Pascua y encargándole
que les comunicara a sus discípulos el mensaje de la resurrección.

¿QUIÉN FUE MARÍA MAGDALENA?
2 Cor 5, 14-17; Sal 62; Jn 20, 1-2. 11-18

Juan narra un episodio especialmente apreciado del Nuevo Testamento, el encuentro del Jesús resucitado con María Magdalena. No sabemos muchos detalles históricamente verificables acerca de esta mujer. Su nombre parece indicar que su origen se remonta a Magdala, un pueblo ubicado en la orilla occidental del Mar de Galilea. De acuerdo con Lucas (8, 1-3), fue curada por Jesús de una enfermedad seria, lo acompañaba durante su ministerio, y proveía de recursos materiales a él y a los Doce. Gracias a estos versículos, algunos concluyen que María llegó a ser un personaje importante en la Iglesia primitiva. Es probable que María fuera testigo de la crucifixión de Cristo. Quizá, lo más importante, es lo que nos comunica Juan hoy: María fue la primera en atestiguar la resurrección del Señor y, ya que la anunció a los Once, fue "Apóstol de los Apóstoles".

ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 20, 17

Dijo Jesús a María Magdalena: Ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios.
Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu Unigénito el encargo de anunciar el gozo pascual, concédenos por su intercesión que, siguiendo su ejemplo, anunciemos a Cristo resucitado y merezcamos contemplarlo reinando en el cielo. Él, que vive y reina contigo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA**

Ya no juzgamos a Cristo con criterios humanos.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 14-17

Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

O bien:

Encontré al amor de mi alma.

Del libro del Cantar de los cantares: 3, 1-4

Esto dice la esposa: "En mi lecho, por las noches, a mi amado yo buscaba. Lo busqué, pero fue en vano. Me levantaré. Por las plazas y barrios de la ciudad buscaré al amor de mi alma.
Lo busqué, pero fue en vano. Y me encontraron los guardias de la ciudad, y les dije: '¿Qué no vieron a aquel que ama mi alma?'. Y apenas se fueron, encontré al amor de mi alma". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9.
R/. Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua. R/.
Para admirar tu gloria y tu poder, anhelo contemplarte en el santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con júbilo en los labios. R/.
Fuiste mi auxilio y a tu sombra, canté lleno de gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

¿Qué has visto de camino, María en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada. R/.

EVANGELIO

Mujer ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?

Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-2. 11-18

El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando, mujer?". Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto". Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué llorando? ¿A quién buscas?". Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó: "¡Rabbuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios' ".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de santa María Magdalena, con el mismo agrado con el que tu Unigénito aceptó su homenaje de amor. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio Propio. Apóstol de los Apóstoles. (Aprobado: Prot. N.199/18)
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, aclamarte siempre, Padre todopoderoso, grande en misericordia no menos que en poder, por Cristo, Señor nuestro.
Él se apareció en el huerto a María Magdalena: la que lo había amado cuando vivía, lo había visto morir en la cruz, lo había buscado en el sepulcro donde yacía, y había sido la primera en adorado al resucitar de entre los muertos; a ella le confirió el oficio de ser apóstol para los mismos apóstoles, para que la buena noticia de la vida nueva se anunciara hasta los confines de la tierra. Por eso, Señor, también nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo: Santo, Santo, Santo ...

O bien: Prefacio I o II de los santos, MR, pp. 538-539 (534-535).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Cor 5,14-15

El amor de Cristo nos apremia a que no vivamos para nosotros mismos, sino sólo para él, que por nosotros murió y resucitó.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que la santa recepción de tu sacramento infunda en nosotros aquel amor perseverante con el que santa María Magdalena estuvo siempre unida a Cristo, su maestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.