SÁBADO 12

Morado Sábado I de Cuaresma MR, p. 200 (218) / Lecc. I, p. 719 LH, vísperas I del domingo, semana II del Salterio

Otros santos: Pablo Aureliano de Lyon, obispo; Luis Orione, presbítero y fundador. Beata Justina Francucci Bezzoli, Religiosa y reclusa benedictina.

LA FINALIDAD DE LA LEY
Deut 26, 16-19; Sal 118; Mt 5, 43-48

El antiguo pueblo de Israel amaba intensamente la Ley que Dios le había otorgado por medio de Moisés y que servía para distinguirlo de los demás pueblos. Este amor se palpa en el salmo 118, que es un canto o meditación en honor de la ley. Emplea un modo de organización alfabético en el cual dedica ocho versos a cada letra del alfabeto hebreo. En medio de esta meditación profunda, se manejan muchos sinónimos de ley decreto, mandato, precepto, etcétera, que dan a entender inmediatamente que el pueblo de Israel verdaderamente amaba su Ley. En el Evangelio, Jesús alienta este amor recordando el motivo más fundamental de la Ley. En medio de una multitud de reglas y normas de la Ley, reconoce que todas tienen la misma finalidad: hacer la voluntad de Dios, que se resume en el amor.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 18, 8

La ley del Señor es perfecta y reconforta los corazones; el testimonio del Señor es veraz y vuelve sabios a los sencillos.

ORACIÓN COLECTA

Convierte a ti, Padre eterno, nuestros corazones, para que, buscando siempre lo único necesario y poniendo en práctica las obras de caridad, nos concedas permanecer dedicados a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios.

Del libro del Deuteronomio: 26, 16-19

En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: "El Señor, tu Dios, te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos; guárdalos, por lo tanto, y ponlos en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has oído al Señor declarar que él será tu Dios, pero sólo si tú caminas por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y decretos, y escuchas su voz.
Hoy el Señor te ha oído declarar que tú serás el pueblo de su propiedad, como él te lo ha prometido, pero sólo si guardas sus mandamientos. Por eso él te elevará en gloria, renombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios, como él te lo ha prometido". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118, 1-2. 4-5. 7-8.
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.

Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.
Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R/.
Te alabaré con sincero corazón, cuando haya aprendido tus justos mandamientos. Quiero cumplir tu ley exactamente. Tú, Señor, no me abandones. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 6, 2
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación. R/.

EVANGELIO

Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que, por la gracia de este santo sacramento, seamos dignos de alcanzar la conversión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-497).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 48

Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Acompaña, Señor, con eterna benevolencia a tu pueblo, al que fortaleces con estos divinos misterios, y, ya iluminado con tus celestiales enseñanzas, acompáñalo con el consuelo de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional

Fortalezca, Señor Dios, a tus fieles tu anhelada bendición, para que nunca nos apartemos de tu voluntad y nos alegremos siempre de tus beneficios. Por Jesucristo, nuestro Señor.