AGOSTO 2020
DLMMJVS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031 

DOMINGO 23

Verde XXI Domingo ordinario MR, P. 435 (431) / Lecc. II, p. 50

Otros santos: Eugenio de Ardstraw, obispo; Felipe Benizi, presbítero, Beatos: Pedro Gelabert Amer, presbítero, Constantino Carbonell Sempere y Raimundo Grimaltos Monllor, religiosos y mártires.

UN SÍMBOLO ELOCUENTE
Is 22, 19-23; Rom 11, 33-36; Mt 16,13-20

El profeta Isaías estableció a un nuevo mayordomo del palacio real de Jerusalén en sustitución de un mayordomo abusivo. La entrega de las llaves implicaba conferir un poder excepcional en el palacio para disponer de la custodia, los ingresos y accesos al palacio de David. En el pasaje del Evangelio de san Mateo, el Señor Jesús delega una autoridad plena al primero de los Doce. Simón, asumirá a partir de este momento clave la función de ser roca testimonial sobre la que se levantará la comunidad de los discípulos del resucitado. Además, Pedro ejercerá funciones disciplinares, marcando referencias claras sobre las exigencias éticas derivadas del seguimiento de Jesús. Como intérprete de la voluntad de Jesús, su Señor, Pedro deberá discernir en comunión con los demás apóstoles, el camino de la fidelidad a Jesucristo.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 1-3

Inclina tu oído, Señor, y escúchame. Salva a tu siervo, que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se halla la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro.

Del libro del profeta Isaias: 22, 19-23

Esto dice el Señor a Sebná, mayordomo de palacio: "Te echaré de tu puesto y te destituiré de tu cargo. Aquel mismo día llamaré a mi siervo, a Eleacín, el hijo de Elcías; le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda y le traspasaré tus poderes.
Será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un trono de gloria para la casa de su padre". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 137, 1-2a. 2bc-3. 6. 8bc.
R/. Señor, tu amor perdura eternamente.

De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos, nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Se complace el Señor en los humildes y rechaza al engreído. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R/.

SEGUNDA LECTURA

Todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 11, 33-36

¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 16, 18
R/. Aleluya, aleluya.

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 16,13-20

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".
Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que venga en nuestro auxilio y, por el honor de su nombre, escuche nuestra oración. Digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor, en su infinita bondad, se acuerde del Santo Padre, el Papa Francisco, de nuestro obispo N., Y de todos los demás obispos, que anuncian la palabra de Dios; para que bendiga a los sacerdotes y diáconos y, en su gran misericordia, se acuerde de todos los fieles que aman a Jesucristo, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a los que trabajan la tierra lluvias oportuna y buenas cosechas, dé sabiduría a los investigadores, acierto a los que enseñan, docilidad y constancia a los que estudian y otorgue a todos aquellos que necesitan en cada momento, roguemos al Señor.
Para que el Señor infunda en el corazón de los pecadores un vivo y sincero arrepentimiento de sus culpas, les conceda el perdón de sus pecados y les dé fuerza para no recaer en el mal, a fin de que donde creció el pecado, más desbordante sea la misericordia divina, roguemos al Señor.
Para que el Señor conceda sus dones a nuestros familiares, amigos, bienhechores y a todos aquellos que queremos recordar; para que, a cambio de las riquezas que nos han dado, obtengan las riquezas inmortales y, en lugar de los bienes temporales. alcancen los bienes eternos, roguemos al Señor.
Señor, Padre santo, fuente de toda sabiduría, que mostraste al apóstol Pedro la soberanía de tu Hijo, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que nuestra fe encuentre siempre su más sólido fundamento en las enseñanzas del sucesor de Pedro, y que todos los pueblos, iluminados por la luz de tu Espíritu, reconozcan en Jesús de Nazaret al Cristo vivo y glorioso y lleguen a ser piedras vivas de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que con un mismo y único sacrificio adquiriste para ti un pueblo de adopción, concede, propicio, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 103, 13-15

La tierra está llena, Señor, de dones tuyos: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.

O bien: Jn 6, 54

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, dice el Señor; y yo lo resucitaré en el último día.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que la obra salvadora de tu misericordia fructifique plenamente en nosotros, y haz que, con la ayuda continua de tu gracia, de tal manera tendamos a la perfección, que podamos siempre agradarte en todo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

Cuando padecemos estilos autocráticos y unipersonales de ejercer el poder necesitamos volver la mirada a este relato evangélico. Los discípulos de Jesús no podemos rendir culto ciego a quienes se ostentan como intérpretes iluminados y exclusivos de un camino único. Ni en los asuntos públicos ni en las cuestiones eclesiales caben las posturas impregnadas de superioridad moral. La corresponsabilidad, la comunión, el espíritu democrático son valores que no pueden quedar subordinados a ningún proyecto político o espiritual por más valioso que parezca. Estos excesos resultan insoportables y nuestra cultura ya no tolera la concentración de poder en manos de una persona. Los abusos de autoridad son contrarios al espíritu del Evangelio. El apóstol Pedro y cuantos ejercen un ministerio de dirección en la Iglesia, no recibieron un premio, ni un privilegio, sino una vocación para servir a los hermanos con la transparencia y sencillez que Jesús sirvió a los suyos.